La presidenta del Govern Francina Armengol, la Consellera de Serveis Socials y Cooperació Fina Santiago y el presidente de la Creu Roja de Baleares Antoni Amengual han visitado hoy el convento de Son Rapinya que acogerá. La llegada de estas personas "es inminente, según los contactos que tenemos con Madrid", afirma la consellera, "podría ser mañana, el jueves o el lunes".

Las autoridades han apuntado que desde que el gobierno central "cambiase la dirección en política de inmigración", el Govern ha puesto a las Baleares a disposición como tierra de acogida, "ya se vio con el albergue de la Platja de Palma, apunta Armengol. Además, la presidenta ha exigido que la situación del Mediterráneo "no se puede consentir más tiempo".

La consellera ha explicado que el Govern ha alquilado el convento de Son Rapinya durante siete años para fines sociales, aunque el convenio de colaboración con la Creu Roja para la acogida de los inmigrantes es de dos años. "En este tiempo queremos ver como evoluciona la política migratoria del Estado", apunta Santiago.

Además, ha afimado que se utilizará el protocolo estatal de refugiado, por lo que las 25 personas entrarán en una primera fase de acogida que durará unos seis meses y, a continuación, "durante los siguientes 18 o 24 meses estarán en la fase de integración", donde se les buscará "barrios para instalarse". La consellera ha apuntado que esta fase suele dar problemas, "ya que faltan habitaciones, viviendas...".

Por su parte, el presidente de la Creu Roja de Baleares ha explicado el proceso que seguirán los inmigrantes en el convento, "se les dotará de las necesidades básicas, asistencia jurídica y psicológica... lo que necesiten", apunta Amengual.

También ha destacado que los ocho trabajadores a jornada completa del convento "enfatizarán dos ejes con los 25 inmigrantes". Por un lado se trabajará la formación, "sobre todo con el idioma", y por el otro lado intentarán la inserción laboral. Amengual ha explicado que, desde que las Baleares en abril de 2016 acogieran a los primeros inmigrantes con estatus de protección internacional, han insertado laboralmente a "casi el 40% de esas personas". Además, el presidente de la Creu Roja ha agradecido la colaboración del Govern y de los más de 60 voluntarios que ayudan al proyecto, que "después de dos años se ha consolidado".

Desde la llegada de los primeros inmigrantes con protección el 26 de abril del 2016, han pasado un total de 211 personas con este estatus, y actualmente hay 46 en albergue de la Platja de Palma.

El convento es propiedad de las Hermanas de la Caridad de Son Rapinya y tiene 930 metros cuadrados. Está estructurado en tres planas, donde la planta baja y la segunda son para habitaciones (nueve dobles y siete individuales) y la primera planta está dedicada a zonas comunes, con cocina, comedor, salas de estar y un patio interior.

La presidenta de la asociación de vecinos de Son Rapinya, Marisa Bonache, ha apuntado que "están muy contentos de tener a estas 25 perosnas aquí", ya que "son víctimas, lo que han pasado no se lo deseo ni a mi peor enemigo". Aun así, ha explicado que había ciertos sectores del barrio contrarios a su acogida, "se ha generado un cierto rechazo", afirma Bonache.