Recientemente hemos tenido en Palma a la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. ¿Qué podemos esperar del nuevo Gobierno del PSOE además de halagos?

La reunión con ella fue una buena noticia y quedamos bastante satisfechos. Para empezar, habla un idioma muy parecido al nuestro y es positivo que podamos entendernos. Ella reivindica el empleo de calidad, que para nosotros es muy importante; el plan nacional de la inspección, en cuya elaboración es fundamental que podamos participar; y reformar artículos del Estatuto de los Trabajadores para hacer que el mercado laboral sea más digno.

¿Qué le pueden pedir a Valerio que beneficie a Balears?

El reconocimiento de las enfermedades profesionales de las camareras de piso es fundamental en nuestras islas. Y nos dijo que está avanzada la modificación del Estatuto de los Trabajadores sobre la externalización, que es una propuesta que sale de Balears para que si se subcontrata personal, se le pague el mismo sueldo que se contempla en el convenio del sector en el que se está. En este último punto el PP ni siquiera aceptaba entrar a negociar. Además, ella tiene una visión de la reforma laboral muy similar a la nuestra, y quiere devolver la primacía de los convenios sectoriales sobre los de empresa. Este punto es básico y voy a poner un ejemplo de las islas: en el sector de la limpieza, un convenio de empresa supone pagar a cada limpiadora 200 euros menos de lo previsto en el convenio del sector.

El presidente Pedro Sánchez ha puesto a Balears como ejemplo de la lucha contra la precariedad laboral, y la ministra anunció que les van a consultar a la hora de elaborar el plan contra la explotación. ¿Qué les recomienda?

Es un orgullo que nos tomen como referencia. Nuestro consejo es que lo centren en materias concretas, como la lucha contra la temporalidad y las jornadas a tiempo parcial, porque son dos aspectos muy nocivos para los trabajadores. Los datos de nuestros planes de lucha lo demuestran. Lo que no es asumible es que casi el 40% de los contratos temporales que se han revisado se hayan convertido en indefinidos porque estaban en fraude de ley. Y la parcialidad es tremendamente dañina para el trabajador y para la Seguridad Social: estar dado de alta dos horas al día y trabajar diez es una consecuencia de la reforma laboral que modificó este tipo de contrataciones.

Se destaca el carácter pionero de Balears en la lucha contra el fraude. ¿Tan mal estábamos para haber sido los primeros?

No estamos peor. Tomamos esta decisión porque tanto el conseller Iago Negueruela como yo somos inspectores de trabajo y veíamos en la calle donde están los problemas. Es verdad que las zonas turísticas tienen un mayor volumen de temporalidad, pero es un problema de todos.

La ministra dejó caer la necesidad de intensificar la vigilancia sobre los falsos autónomos.

Este plan especial que ahora ponemos en marcha obliga a los funcionarios ha hacer 40 visitas efectivas a centros de trabajo, y en cada una de ellas se hace un control de empleo, si los trabajadores están de alta o no. Vemos que proliferan algunas plataformas de la mal llamada economía colaborativa que en realidad son falsos autónomos, con trabajadores que deberían de ser por cuenta ajena.

¿Cómo se combate el fraude en unas islas plagadas de pequeñas y microempresas en las que la presencia sindical es mínima?

Es más difícil que en comunidades con más grandes empresas o grandes fábricas, pero la ventaja de los convenios sectoriales es que afectan a todas, al margen de su tamaño. Por eso defendemos tanto la negociación colectiva, porque es la manera de llegar a todos.

Uno de los temas que se puso sobre la mesa en el encuentro entre las camareras de piso y la ministra fue el de las cargas de trabajo. Pero a veces quién renuncia a días libres y asume un fuerte volumen de horas extras es el trabajador. ¿Cómo lo afrontamos?

Más allá de la actuación de la inspección para detectar el fraude, hemos de dar un paso más y crear una herramienta que mida mejor esas cargas, y para eso se firmó el acuerdo tripartido que iba unido al convenio de hostelería. Hemos de regular bien las cargas de trabajo porque un hotel no es igual que otro, y hemos de disponer de instrumentos de medición. Ver el número de habitaciones, el número de camas en cada una de ellas, la duración de las estancias... Y hemos de avanzar en el reconocimiento de las enfermedades profesionales. No es una cuestión de cobrar más horas extras, sino de lo que a la larga afecta a la salud.

¿Por qué algo tan obvio como las enfermedades profesionales en la hostelería ha tardado tanto en ponerse sobre la mesa?

Balears tiene una peculiaridad que debía de haber supuesto una alerta: somos la comunidad con una mayor tasa de accidentes de trabajo y de las que menos enfermedades profesionales declara. Si somos capaces de diferenciar bien un accidente de una enfermedad podremos incidir mucho mejor en la prevención. Hemos de evitar que las que empiezan a trabajar ahora terminen padeciendo una enfermedad profesional.

Balears es líder en accidentes laborales. ¿Por qué?

Para que los índices bajen se tienen que aportar muchos recursos, incluido el Govern. Llegamos a la Conselleria en 2015 y nos encontramos con el servicio de salud laboral desmantelado. El segundo Pacto de Progreso tenía a 30 técnicos en la calle, haciendo visitas y asesorando. Nosotros nos encontramos con 18. Esa falta de inversión nos lleva a que los índices suban. Hemos decidido no ocultar estos datos para que la sociedad se conciencie del problema. No podemos tener estos niveles de siniestralidad. Antes de que acabe el mes esperamos tener aprobada la primera ley de promoción de salud laboral de Balears, que creará un instituto, el IBASSAL, un organismo autónomo dedicado a este tema. Hemos de invertir y hacer recapacitar a las empresas para que inviertan también, y hacer que los trabajadores tomen conciencia.

¿Hay un problema de falta de inversión de las empresas en prevención?

Sí. Durante la crisis la prevención quedó en el último nivel en las empresas, y deben de entender que esa inversión supone a medio plazo un ahorro para ellas. Los accidentes también son un horror para los empresarios. Y están obligadas por la ley.

En la construcción se da buena parte de los accidentes graves y mortales. Cuando se abordó este tema con el sector, la primera impresión es que unos se echaban la culpa a otros.

Hemos tenido varias reuniones y es verdad que al principio sí se dio la sensación de echarse la culpa unos a otros, pero hemos avanzado bastante y ahora hay una posición común. Es un sector complicado porque intervienen muchos agentes, como contratistas, subcontratistas, promotor, coordinadores de seguridad... Nos debemos de alegrar de que ahora todos estemos en la misma línea. Es un problema de todos, y ahora todos entienden la necesidad de poner su grano de arena.

¿Cómo se puede entender que una empresa recorte la inversión en seguridad, que es una parte relativamente pequeña del gasto total, poniendo en peligro la vida de sus trabajadores?

Es intolerable. Hay que analizar caso por caso, pero tenemos información de cómo han sucedido algunos accidentes y en el siglo XXI es inaceptable que haya esa falta de prevención y de preocupación por la salud, porque al final el que fallece es el trabajador. Cuando hay un accidente todo el mundo se echa las manos a la cabeza, porque interviene la Fiscalía, y no queremos que nadie vaya a la cárcel. Lo que queremos es que no haya accidentes.

Ha recordado que el que muere es el empleado. ¿Duele cuando en un primer momento el problema se achacaba a la baja formación de algunos trabajadores?

Los datos objetivos dicen que cuando se investiga un accidente de trabajo (se hace en los graves, muy graves y mortales), en la mayoría hay un acta de infracción porque se ha detectado un incumplimiento empresarial. Y la falta de formación no es un problema del trabajador. El artículo 19 de la ley de prevención dice que el empresario está obligado a formar al empleado en los riesgos y a velar porque use los equipos de protección individual. Pero los accidentes mortales no se producen porque el trabajador no lleve casco, sino por falta de protecciones colectivas, y eso es inversión directa del empresario.

Acaban de llegar cuatro subinspectores especializados en temas de seguridad laboral, y la plantilla de la inspección de las islas es ya de 55 funcionarios. ¿Suficientes?

Intentaremos que haya más, porque Balears lo necesita. Pero la incorporación de esos cuatro, que es más del 10% de esa promoción y no todas las comunidades los han tenido, es un avance importante, porque ellos van a controlar las condiciones materiales en los centros de trabajo. Van a estar en la calle haciendo visitas.

La Conselleria fija objetivos en el plan de inspección ordinario. ¿Qué prioridades tienen?

El anterior Govern se centraba en la economía irregular, con un 65% de las actuaciones, y el 35% se dedicaba a prevención de riesgos y relaciones laborales. Lo que nosotros queremos es equilibrar. Llegar prácticamente al 50%. No podemos dejar de lado la salud o temas como los tiempos de trabajo, los salarios o las subcontrataciones.

¿Por qué el cumplimiento de la ley en España es tan estricto excepto cuando se trata de la normativa laboral?

La reforma laboral hablaba de la ´flexiseguridad´, y lo que se ha hecho es ser cada vez más laxos, para acabar terminando en fraudes. El ataque que se ha hecho al movimiento sindical desde muchas esferas también influye y nos perjudica a todos. Necesitamos sindicatos fuertes para reclamar que lo que dice la ley se cumple. Lo que hemos visto durante la legislatura anterior es a casi 300 delegados sindicales ir a Fiscalía por participar en huelgas, alegando que vulneraban los derechos de los trabajadores cuando los estaban defendiendo.

¿Los trabajadores están cansados de escuchar que ´compromiso con la empresa´ equivale a ´hazme el trabajo gratis´, prolongando jornadas sin cobrar?

La EPA nos dice cuántas horas extras ilegales se hacen. La medición de los tiempos de trabajo es uno de los retos que tenemos ante el nuevo Estatuto de los Trabajadores del siglo XXI.Parece increíble, pero lo que se reivindica es hacer un máximo de 8 horas de trabajo al día, algo que se lleva 200 años reclamando, descansar entre jornadas. Las horas de trabajo gratuitas son un fraude al trabajador, pero también al conjunto de la sociedad, porque son un fraude en las cotizaciones a la Seguridad Social, que luego no ingresa lo suficiente para hacerse cargo de las pensiones.

¿Qué ha sido lo más dañino de la reforma laboral del PP?

No puede ser que un convenio de empresa esté por encima de uno sectorial, porque es atacar la negociación colectiva. Y la regulación del tiempo parcial debe de volver al sistema anterior, porque es intolerable que alguien esté de alta cuatro horas y trabaje diez.

¿Qué papel debe de jugar el Govern en la mediación de conflictos laborales?

Tenemos una opinión totalmente contraria a la del anterior Govern. Nosotros creemos que en la negociación de convenios, en los conflictos y en las huelgas, son las partes las que deben de llegara un acuerdo, pero la Conselleria debe de tener un papel activo de mediación. En estos tres años, el conseller y yo hemos tenido una posición activa tanto en la negociación de convenios como en las convocatorias de huelga.Estaremos en lo que podamos ayudar a conseguir subidas salariales.

¿Qué tal funciona el plan de autoempleo?

Se aprobó el año pasado e incorpora novedades importantes. Es un plan integral, e incluye la contratación de cinco personas que ayudan al asesoramiento durante los primeros años de vida de la empresa. La convocatoria de ayudas se ha abierto a muchas más opciones, como para reenfocar empresas que van mal o favorecer el relevo cuando alguien se jubila y busca quién siga con su negocio.

¿Qué prioridades tiene el plan director de economía social?

Solo hay cuatro comunidades autónomas que lo han aprobado. Tiene 3,7 millones de euros de presupuesto para cuatro años y ya están en marcha las convocatorias para cooperativas y empresas de inserción. Apoyamos la difusión del cooperativismo como fórmula de empleo de calidad. Hay ayudas para que tengan material informático, y se ha recuperado la ayuda para las empresas de inserción, que contratan a personas en riesgo de exclusión social.

¿Vamos a ver en pocos años a alguien de esta Conselleria en un Ministerio?

Creo que el conseller de Trabajo es un excelente conseller y también creo que podría ser un excelente ministro, pero tanto aquí como allí estará en un sitio perfecto.