Los tripulantes de cabina de pasajeros (TPC) de Ryanair en España están llamados a una huelga los próximos 25 y 26 de julio que afectará a cerca de 230.000 pasajeros, buena parte de ellos en Son Sant Joan. El Sindicato Independiente de Tripulantes de Cabina de Pasajeros de Líneas Aéreas (Sitcpla) canaliza una protesta sin precedentes en la breve historia de la 'low cost' irlandesa para la que, dicen, sobran los motivos.

Dos tripulantes de cabina de Ryanair, una con base en Palma y otro en la península, han hablado a DIARIO de MALLORCA sobre las condiciones de trabajo que sufren y la "política de miedo" que, afirman, la empresa ejerce contra ellos. Piden mantenerse en el anonimato para evitar represalias.

"La empresa nos ha declarado la guerra. Pero antes de empezar quiero decir que no vamos a la huelga porque nos hagan pagar las botellas de agua o tengamos que cargar el hielo en el avión. Siempre se destaca eso, pero tenemos problemas mucho más graves", arranca uno de los dos TPC.

Uno de los principales argumentos que han motivado el paro está en los salarios. Desde este enero los nuevos tripulantes de Ryanair cobran cerca de 800 euros brutos fijos más las horas de vuelo que completen cada mes. El problema es que las tarifas van desde los cuatro hasta los seis euros la hora y, atención, solo cobran desde que se cierra la puerta del avión hasta que se abre.

Trabajar diez horas y cobrar dos

"En la base de Palma se cobran 5,68 euros la hora. Así que eso es lo que cobras en un vuelo de ida y vuelta a Barcelona porque solo te contabilizan media hora para ir, y media para volver", explica la TPC con base en Mallorca. "Imagina que estás de guardia y te llaman a las 5 de la mañana para ir de urgencia con una tripulación. El taxi al aeropuerto son 20 euros y no te los pagan. Y si te tiras tres horas en un aeropuerto por un retraso tampoco cobras", añade.

"Puedes trabajar diez horas y cobrar solo dos", explica el segundo tripulante. "Tienes que estar 45 minutos antes del embarque y ese tiempo tampoco lo cobras. Retrasos, averías, huelgas de controladores franceses... Hay muchos motivos por los que nos podemos quedar en un aeropuerto y no nos pagan ese tiempo", añade.

Los contratos más antiguos no contemplan un mínimo, pero fijan una tarifa de 16 euros por hora que, según los dos TPC consultados, te permiten percibir un sueldo digno. "Las nuevas contrataciones se hacen con esas condiciones de semiesclavitud. Y también les imponen los que piden un traslado de aeropuerto, muchas veces por motivos familiares. Juegan con la vida de las personas", lamenta la tripulante de cabina.

Otro de los ejes sobre los que pivota la huelga es la 'nacionalidad' de los contratos. "Ryanair se ha expandido a costa de los trabajadores y de los contratos irlandeses. Todos estamos obligados a tener cuenta en el Banco de Irlanda porque es allí donde nos ingresan la nómina. Ahora parte del IRPF lo pagamos en Irlanda y otra parte en España. Podemos acceder al sistema de salud público español, pero lo tenemos que hacer como desplazados. Y si queremos pedir un préstamo, una hipoteca o pagar algo a plazos en un banco español todo son pegas porque tenemos la nómina en uno irlandés", argumenta el tripulante, que habla de un éxodo de trabajadores a otras compañías: "Hace seis meses que tenemos una fuga, hemos contado unas cien tripulaciones cada mes. Gente experimentada, con contratos de sobrecargo, se ha ido de 'junior' a Norweigian porque allí les tratan como a personas normales".

Los dos trabajadores describen un ambiente irrespirable estos días previos a la huelga. "Es una empresa que siempre te vigila, desconfía de ti si te coges una baja médica y aplica una política del miedo. Desde que nos hemos movilizado ha ido todo a peor, pero la gente tiene que saber qué tipo de compañía es Ryanair", subraya la TPC.

Se sienten "fichas", no personas. "Llevamos diez años callados por miedo a represalias. Hay miedo, pero o nos defendemos, o seremos esclavos", sentencian.