El descenso del 1,1% que se ha registrado en la venta de viviendas en las islas durante los cinco primeros meses de este año respecto al mismo periodo de 2017 no es excesivo, pero contrasta con el incremento que en esos mismos plazos se dio en este último ejercicio, del 20,1%, o el 38,5% de 2016. Equivale a que un coche que, circulando a 150 kilómetros por hora, se parara en seco, se destaca en el sector. Porque tras las 10.534 ventas de los cinco primeros meses de 2007 y las fuertes caídas de 2008 y 2009, la demanda balear comenzó a reactivarse en 2013, con 3.473 inmuebles adquiridos entre enero y mayo, para pasar a los 4.007 de 2014 y a los 4.093 de 2015. En 2016 se disparó la demanda y se llegó a las 5.672 residencias vendidas, para alcanzar las 6.817 al año siguiente. F. G.