En el año 1977, poco más de un año de la muerte de Franco, el periodista Santiago Miró y el fotógrafo Sebastià Terrasa realizaron un reportaje de investigación en la revista Interviú Interviúdonde fueron los primeros en destapar la existencia de tramas de bebés robados en España. Esta publicación, muy bien documentada, salió a la luz mucho antes de que se conocieron los casos de Sor María o el doctor Vela que ahora se está juzgando en Madrid.

El título del reportaje de Miró y Terrasa era lo suficiente elocuente y ya dejaba claro que en la isla había un auténtico negocio: Mercado de bebés en Mallorca, rezaba el impactante titular.

Los reporteros mallorquines de Interviú recogieron numerosos testimonios, como es el caso de María, una de las víctimas. Esta mujer en 1975 "con 22 años se quedó embarazada de su novio. Él no quería hacerse cargo del niño y la mandó a una conocida comadrona llamada Margarita Campins que la recibió en un chalé de Binissalem y le dijo que le daría de comer, de vestir, que no se preocupase de nada y que al final se llevaría a su hijo". Le hicieron firmar un documento con la excusa de un simple formalismo y allí permaneció con varias chicas en su misma situación, como si de una granja se tratara. Al final logró marcharse del chalé gracias a la mediación del sacerdote Jaume Santandreu. Pero tuvo a su hijo en el Hospital Provincial, La Sang, donde casualmente le dijeron que su hijo nació muerto.

La minuciosa información publicada por Interviú hace 41 años recoge el testimonio del padre Roig, director de Cáritas en aquella época, que admitió lo que estaba pasando con una irónica frase: "Lo más importante es la vida del niño y la honra de la persona".

Jaume Santandreu también hablaba en el reportaje y decía que "me impresionó mucho ver a todas aquellas chicas embarazadas en una especie de granja, donde eran cebadas únicamente con el objetivo de que tuvieran un bebé sano y hermoso y donde se mataba todo sentimiento e instinto materno".

El reportaje de Miró y Terrasa fotografió el famoso chalé de Binissalem y en el pie de foto se podía leer: "Una granja de bebés en Mallorca". Relataban que en ese mercado de seres humanos mallorquín se pagaban entre 200.000 y 500.000 pesetas por bebé.