El avistamiento de un tiburón en aguas de Cabrera por parte de la expedición científica Alnitak ha desatado la controversia entre la comunidad científica. El Instituto de Ciencias del Mar-CSIC de Barcelona llamó ayer a la prudencia, ya que aseguran que "con las imágenes disponibles no se puede confirmar al 100% que el de Cabrera sea un tiburón blanco".

"Si se tratara de un tiburón blanco sería una gran noticia, tanto para la comunidad científica como para la sociedad", aseguró Carlos Barría a través de las redes sociales, quien recordó que el tiburón blanco está en peligro crítico de extinción en el Mediterráneo, a punto de desaparecer"-

También han expresado sus dudas al respecto la bióloga de la UIB, Ana María Abril, y el veterinario experto en tiburones, Eric Clua. Los dos científicos creen que el escualo visto en aguas de Cabrera no es un tiburón blanco, sino un marrajo sardinero o Lamna nasus, según recoge la Gaceta Náutica.

Seguros al 90 por ciento

"Somos científicos y aceptamos las opiniones contrarias a las nuestras y las dudas que se generen, pero no la mala fe desde el desconocimiento absoluto", afirma el biólogo y documentalista Fernando López-Mirones.

Desde la expedición científica Alnitak, están convencidos "de que el ejemplar de tiburón que avistamos el jueves a las diez de la mañana a ocho millas al sur de Cabrera es un tiburón blanco. Y lo estamos al 90 por ciento porque lo grabamos, lo observamos, comprobamos durante 70 minutos de acompañamiento su comportamiento distintivo y porque los expertos internacionales que han recibido el material registrado así también nos lo indican en un margen de posibilidades similar", afirma.

"Lo que no aceptamos de ninguna manera es que alguien que solo ha visto doce segundos de imágenes diga categóricamente que no se trata de un tiburon blanco (Carcharodon carcharias), sino de un marrajo sardinero (Lamna nasus), porque eso es como comparar un oso polar con una cebra", asegura. "Resulta excesivamente torpe".

El biólogo y documentalista Fernando López-Mirones, que avistó el tiburón el jueves, este sábado en su barco en el muelle de Palma. E. CALVO

Y continúa: "Si hubiera manifestado sus dudas razonables y creído que en vez de un gran blanco se trataba de un tiburón mako, un Isurus Oxyrinchus, podríamos haber aceptdo esa visión perfectametamente, aún sin compartirla, pues es mucho más similar al gran blanco, aunque mucho más fiero y también sería un gran hallazgo, pero esa visión del Lamna nasus Lamna nasustan categórica, torpe y mal intencionada resulta inaceptable y denunciable", manifiesta Fernando López Mirones.

"Con esto quiero decir que aceptamos los distintos pareceres y opiniones sobre nuestro hallazgo, pero con un mínimo de rigor".

Y explica cómo surgió todo: "Cuando el viernes por la mañana desembarcamos en el Moll Vell, atendimos a un montón de periodistas que querían saber más detalles del avistamiento del tiburón blanco en Cabrera y de la expedición Alnitak 2018. Cuando terminó todo uno de ellos, al que no conocía, pero sobre el que hoy ya me han advertido, me pidió ver parte del material grabado y accedí. Nada más empezar el visionado se levantó como con un resorte celebrando como quien marca un gol que no fuera un tiburón blanco. Me pareció mal educado por su parte. Iba acompañado por la bióloga marina de la UIB Ana María Abril que fue mucho más amable. Y que esta mañana me ha llamado para explicarme que ella simplemente ha opinado que no cree que sea un tiburón blanco, sin añadir nada más, lo que me parece una postura muy aceptable y razonable. Y de ahí ha surgido esta controversia", aclara.

La observación del gran blanco, "un avistamiento extraordinario"

"Lo que para otros científicos que no lo vieron todavía puede ser opinable, y lo aceptamos, para nosotros fue un avistamiento extrordinario", describe Fernando López-Mirones, el primer español cuyos guiones sobre naturaleza y especies salvajes han sido grabados por National Geographic y la BBC.

"Durante la navegación mantenemos protocolos muy estrictos de observación, registrando y documentando toda la presencia de animales desde babor, estribor y la cofa de la embarcación, datos que luego se comparten en código abierto con universidades de todo el mundo", explica.

"A las diez de la mañana, tenemos un aviso de aleta negra a 800 metros y nos dirigimos hasta ese punto. Vemos que es un tiburón y es muy grande, casi alcanza los cinco metros y veinte centímetros de nuestra embarcación auxiliar, su potente aleta dorsal tiene una muesca, la fotografiamos porque sabemos que es como su huella digital y puede haber sido registrada ya por otros científicos marinos en otras geografías. Vemos que su compartamiento es el típico del gran depredador que es, sin rivales en el mar: no se asusta, no huye, se acerca, nos observa, pasa de babor y estribor y sigue su camino. Solo le vemos ligeramente el vientre, aunque sabemos que algunos ejemplares jóvenes lo tienen un poco más oscuro y así nos parece que lo tiene el nuestro también. Y así lo estuvimos acompañando durante 70 minutos", detalla López-Mirones.

"La experiencia de nuestro capitán, el biólogo Ricardo Sagarminaga van Buiten, con más de 30 años de experiencia, corroboran nuestras tesis, el compartamiento del tiburón y su observación durante 70 minutos también nos dicen que es un gran blanco, nuestros colaboradores de París opinan lo mismo en un 90 por ciento. Nos falta comprobar si el registro de la aleta nos descubre un ejemplar ya conocido", concluye.

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