La marcha des Güell a Lluc a Peu no celebrará su 45ª edición. Los organizadores han decidido suspenderla porque no han conseguido la financiación necesaria para garantizar la seguridad durante su desarrollo. A pesar de que el presidente del Consell de Mallorca, Miquel Ensenyat, aseguraba a este diario esta misma mañana que la institución les había concedido una subvención de 21.000 euros, los organizadores explican que no han recibido la notificación de la misma y que, en cualquier caso, ya "llegaría tarde".

Sin embargo, existe división entre los organizadores. Un grupo de socios aseguran que la marcha Des Güell a Lluc a peu se celebrará. Han solicitado una reunión con la delegada del gobierno en Balears, Rosario Sánchez, para pedir las ayudas necesarias con el objetivo de garantizar el dispositivo de seguridad. Al parecer, la Guardia Civil considera que no se trata de una romería sino de una prueba deportiva y eso requiere más medidas de seguridad.

El presidente del Grup Güell, Isaac Hernández, asegura que hace meses que pidieron la ayuda económica al departamento de Promoción Sociocultural del Consell y avisaron que no podían esperar más tiempo a menos de un mes de la fecha de celebración de esta tradicional caminata que estaba fijada para el próximo 4 de agosto. A fecha de hoy, el Consell todavía no ha contestado por escrito a la solicitud. De este modo sería la primera vez en 45 años que se suspende esta tradición en la que el año pasado participaron unos 7.000 marxaires.

40.000 euros, el precio de la marcha

Sostiene que ve "poco viable" que la organización pueda asumir el elevado coste que conlleva la seguridad de este evento sin la ayuda de las instituciones públicas ya que la colaboración privada se ha reducido este año a un tercio del gasto total, que asciende a 40.000 euros. Hernández explica que algunas de las empresas que han colaborado en ediciones pasadas "han sufrido cambios internos" por lo que han retirado las aportaciones para la marcha.

La incapacidad de los promotores para garantizar la seguridad del acto sin respaldo económico es uno de los principales motivos que han llevado a la suspensión. "Tenemos que ser serios. Las incidencias van aumentando en cada nueva edición de los 48 kilómetros de recorrido y somos incapaces de hacer posible una marcha segura. Por eso hemos tomado esta difícil decisión", lamenta el presidente de los organizadores quien considera que la ayuda de los marxaires, del centenar de voluntarios que participan y colaboradores resulta "insuficiente" ante la magnitud del acto.

Por este motivo mantiene que aunque el Consell les comunicara hoy que reciben la subvención pública "sería complicado poder llevar a cabo esta tradición a menos de un mes de su celebración porque hay que mover a muchas más entidades privadas que no están dispuestas a colaborar", manifiesta el portavoz de los organizadores.

Una apreciación que también comparte Pedro Guasch, miembro de la junta directiva, que este mediodía ha acudido a la plaza Güell de Palma para anunciar la suspensión junto al presidente y otros miembros de la entidad como Marina Guasch, Guillem Sampol y Francisco Jover. El creador de la subida de Lluc a peu y presidente honorífico, Tolo Güell, no ha asistido esta mañana a este anuncio pero ayer lamentó la falta de apoyo de las instituciones a una marcha que comenzó en 1973 entre un grupo de amigos y familiares y que cuatro décadas después se ha convertido en una de las tradiciones más destacadas de la isla.

Ensenyat garantiza la ayuda

Por su parte, el presidente del Consell considera "fundamental" que la prueba se haga y está dispuesto a intentar buscar una solución. Además, recuerda que en su momento, la institución insular ya evitó la desaparición de esta prueba y también apoyo la marcha desde los pueblos de la Part Forana hasta Lluc que se celebra a mediados del mes de septiembre.

La subida a Lluc nació por casualidad, cuando a la hija de Tolo Güell le explotó un sifón en las manos sin que ocurriera, afortunadamente, ninguna desgracia. Uno de los amigos reunidos dijo que había sido un milagro y sugirió subir a Lluc para dar las gracias a la Vírgen. Lo que empezó con un grupo de unas treinta personas, año tras año, se fue convirtiendo en una llamada para todos los mallorquines, y en la actualidad el santuario recibe cada primer domingo de agosto alrededor de 7.000 marxaires.