Los teléfonos de los principales biólogos marinos de las islas no han parado este fin de semana a raíz del supuesto hallazgo de un tiburón blanco en Cabrera. Y la mayoría de ellos han concluido que se trataba de un mako, un marrajo común ( Isurus oxyrinchus), y no del temido blanco ( Carcharodon carcharias).

Y esta es también la sentencia de Antoni Grau, jefe de recursos marinos de la dirección general de Pesca, que no duda en añadir que este hallazgo es aún más extraordinario que si el escualo filmado por la expedición científica Alnitak en aguas de Cabrera hubiera sido realmente un blanco.

"Ahora esta especie es más rara de ver en nuestras aguas que un blanco ya que se encuentra en peligro crítico de extinción en el Mediterráneo occidental", sostiene el especialista, que añade que su presencia en aguas del parque nacional marítimo-terrestre es una muy buena noticia ya que "da más valor a toda esa zona y da más argumentos a los que propugnan una ampliación del parque".

Sobre el mako, Grau detalla que se trata de una especie de escualos que son vivíparos (el embrión se desarrolla dentro de la hembra) y que se reproducen muy lentamente. "El marrajo es el pez más rápido del mundo, más que el pez espada o la barracuda, por su propio metabolismo ya que son de sangre caliente y esto les permite desarrollar más energía y ser más rápidos. Pueden vivir en todo tipo de aguas y el hecho de hacerlo en unas muy frías no les vuelve más lentos por su temperatura sanguínea. Y es una especie pelágica, de alta mar, raramente se acerca a las costas", revela el especialista pese a que admite que hay documentados ataques a seres humanos.

Pese a que se alimenta de peces pequeños como la sardina y la caballa, de ahí sus dientes más pequeños que los del blanco, que se nutre de piezas más grandes, nada tiene que ver con el marrajo sardinero ( Lamna nasus) con el que también se han realizado conjeturas.

Para este especialista, que no pone ningún pero a la expedición Alnitak, que en su opinión está realizando unas filmaciones magníficas, sí se han equivocado en cuanto a las dimensiones.

"Estos makos llegan a medir unos tres metros como máximo, no cinco. Antes, a los barcos que usaban las artes de palangre en superficie se les denominaba marrajeros porque se dedicaban a esta especie, que era muy apreciada. Y ha sido la pesca la que les ha colocado al borde de la extinción. El último que vi fue una cría recién pescada y puesta a secar en la cubierta de una marrajera en el año 2006. Por eso, repito que este avistamiento ha sido más importante que el de un blanco"., concluye Grau.