La inmigración no nos deja indiferentes. Nos preocupa y genera opiniones y posturas contradictorias como retrata el observatorio de la Fundación Gadeso, según el cual el 65 por ciento tiene una opinión negativa de los inmigrantes "estables", frente a solo el 30 por ciento que tiene una imagen positiva. Los motivos por los cuales un 65% cree que "son demasiados" es porque consideran (un 60%) que "ocupan puestos de trabajo de los autóctonos". De la minoría a quien los inmigrantes regulares les merecen una opinión positiva, el 80 por ciento cree que "tienen los mismos derechos que nosotros".

Hasta un 78 por ciento tiene una opinión negativa de los inmigrantes en situación irregular. Los motivos son un "uso abusivo de los servicios públicos (48%), la creencia de que "generan inseguridad y delincuencia" (44%) y, ni más ni menos que un 68 por ciento se muestra partidario de una 'expulsión inmediata'. Tan solo el 16 por ciento no se opone a su presencia.

El 60 por ciento de los baleares considera que "nuestra mala situación" no nos permite acoger a las personas migrantes que pretenden llegar a Europa a desde el Mediterráneo. Así se desprende de la última encuesta realizada por Gadeso correspondiente al mes de julio dedicada a la inmigración. Un 28 por ciento cree que la actuación de la Unión Europea está dando un "trato indigno a personas desesperadas" ante la actual crisis de los refugiados.

Pensamientos contrapuestos que se repiten cuando la pregunta es cómo son las políticas españolas de inmigración. De hecho, el 65 por ciento de los encuestados considera que las leyes que regulan la entrada y permanencia de los extranjeros en España son "demasiado tolerantes". Un 25 por ciento considera que las medidas que se están aplicando son demasiado duras. Tan solo un 10 por ciento cree que son correctas.

'Aquarius'

En el duro debate de los refugiados que vive la Unión Europea, España ha dejado de ser un país espectador a ser actor principal. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez se posicionó, nada más acceder al cargo, para que España acogiera los migrantes del barco humanitario Aquarius. La semana pasada, las negociaciones acabaron en un acuerdo de mínimos para crear "centros controlados" para las personas rescatadas en el mar donde se procesarían sus peticiones de asilo, y separarlas así de los migrantes "económicos", que serán devueltos a sus países de origen.

El 63 por ciento de los encuestados tuvo una reacción positiva ante la decisión del Gobierno central de acoger a los 630 migrantes que fueron rescatados con el buque humanitario Aquarius, principalmente -un 85%- por motivos humanitarios. Aun así, un 32 por ciento valora negativamente esta decisión y, de estos un 68 por ciento cree que generará un "efecto llamada", frente al 32 por ciento que se opone porque cree que "no hay suficientes recursos para acogerlos".