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Rafael Ballester: "Es un error la prohibición tan drástica del alquiler vacacional"

"Nos parece bien el impuesto turístico pero quizás duplicarlo ha sido excesivo" - "Es necesario volver a regular los periodos de rebajas"

"Hay que buscar un punto de equilibrio, pero lo cierto es que hay que pagar salarios justos". G. Bosch

Los empresarios de su sector hablan de un 2018 peor que 2017 ¿Qué le pasa al comercio para hacer ese balance pese al fuerte crecimiento económico?

Tenemos cifras, publicadas también por la Confederación Española de Comercio, de que los establecimientos de proximidad están registrando un descenso en sus ventas del 2,5% respecto al pasado año. Factores que influyen en ello son una competencia muy fuerte de las grandes superficies; la venta online, que es un caballo de batalla más complicado para las pequeñas tiendas y debemos ver si somos capaces de adaptarnos a ello; hemos tenido una primavera extraña respecto a la meteorología... Es una suma de factores. Estamos en cifras récord de visitantes, pero la facturación del pequeño comercio cae.

¿Influye la pérdida de clientes que antes llegaban a la isla a través del alquiler vacacional?

Es otro de los factores del que se queja más la restauración que el comercio. Pero al final todo influye. Decimos que queremos desestacionalizar la economía isleña, y uno de los elementos que puede ayudar a eso es el alquiler vacacional. Es un error esa prohibición tan drástica. Claro que había que regularlo, pero es un factor positivo para la economía en general.

Es algo positivo para el comercio y la restauración ¿pero lo es para el conjunto de Balears? Los precios de los alquileres se han vuelto inasumibles para muchos residentes arrastrados por la demanda turística.

Hace un año que se aprobó la ley que los limita y ahora estamos con la zonificación. No hemos visto que los precios del alquiler para residentes hayan bajado durante ese tiempo. Hay que proteger el acceso a la vivienda y es posible que en algunas zonas el alquiler vacacional haya hecho subir los precios, pero en muchas barriadas de Palma, por ejemplo, el que haya o no alquiler vacacional no va a hacer que suba o baje el alquiler de los pisos. La política que se ha tomado para facilitar el acceso a una vivienda es prohibir el alquiler vacacional, cuando quizás el problema es que durante los últimos años no ha habido política de vivienda pública. Puede que el alquiler a turistas tenga parte de culpa, pero no toda.

Se reprocha un agravamiento de los problemas de saturación.

¿Y no tiene nada que ver el que en las últimas dos décadas hayamos aumentado un 20% la población de las islas y no hayamos mejorado proporcionalmente nuestras infraestructuras? Se ven atascos en la vía de cintura en el mes de febrero, cuando apenas hay turistas. Es un problema de falta de planificación. Luego puede coincidir un día de verano nublado con la llegada de cuatro cruceros y es cierto que en algunas zonas de Palma se vive esa sensación de agobio. Pero la causa principal es la falta de planificación.

¿No sería adecuado aplicar restricciones muy fuertes al alquiler vacacional en las zonas más saturadas, como el centro de Palma?

Correcto. Pensamos que sí. Hay que regularlo y controlarlo, pero prohibirlo al 100% es una exageración. ¿Todo hay que prohibirlo?

Los hoteleros han aumentado categorías y subido precios, pero en su sector hay quejas de que no mejora la calidad del visitante.

Hay que aplaudir a los hoteleros porque han hecho una apuesta importante. Pero es cierto que la sensación que tenemos es que el poder adquisitivo de los visitantes no ha mejorado.

Algunos achacan esa moderación en el consumo por visitante a que tienen menos dinero en el bolsillo por los hoteles más caros, pero también por la decisión de duplicar la ecotasa.

Tenemos la sensación de que a veces se toman decisiones sin datos para valorar su impacto. ¿Se tenía que duplicar la ecotasa? Quizás sí, pero se podría haber hecho basándose en estudios. Nos parece bien que se cobre un impuesto turístico porque al final todo el mundo tiene que colaborar en que esta tierra siga siendo lo que es, pero quizás duplicarlo de un año para otro ha sido excesivo. Yo no conozco ningún informe que ampare esta decisión. ¿Mejores turistas? Lo que sabemos es que nuestras facturaciones están cayendo.

Resulta llamativo ver a un presidente de patronal defendiendo un impuesto. Nada que ver con lo que sucedió con la primera ecotasa de Francesc Antich.

Es una cosa de lógica. Es un impuesto que se cobra en muchos puntos de Europa. El turista no viene a meterse en un hotel y punto. Viene a Mallorca por sus playas, por la Serra de Tramuntana, a conocer los pueblos de interior... El que tengamos el campo cuidado, por ejemplo, nos hace mejores como destino turístico, y si con el dinero que le cobramos a los visitantes somos capaces de ser más atractivos, eso nos da futuro a todos. A los hoteleros también

Durante el verano, con el turismo, todo va bien. Pero cuando llega el invierno y se depende del consumo de los residentes comienzan las lamentaciones.

Tras la crisis, mucha gente ha contraído deudas que ahora tiene que afrontar. El gasto de los residentes ha mejorado gracias a una mejora del empleo, pero es cierto que mantenemos una fuerte dependencia de los turistas y los inviernos son difíciles de pasar.

Patronales y sindicatos han llegado a un acuerdo estatal para elevar los salarios. ¿Es imprescindible para elevar el consumo?

El comercio ha defendido siempre que nuestros trabajadores son también nuestros clientes. Hay que encontrar un punto de equilibrio con nuestros resultados de explotación, pero lo cierto es que hay que pagar salarios justos.

En 2019 toca negociar el convenio de su sector, el segundo más importante de las islas, y los sindicatos llegan reivindicativos.

Vamos a sentarnos a negociar y queremos hacerlo con datos. No me atrevo a poner cifras todavía. Nosotros estamos reclamando el tener una formación profesional para el sector que luego se pueda contemplar en convenio, y así pagar algo más a los trabajadores que disponen de esa titulación.

Su sector está pendiente del plan de equipamientos del Consell. ¿Cómo se veta a una gran superficie en una Europa que apuesta por la liberalización de los servicios y sin que Bruselas ponga el grito en el cielo?

La directiva europea da completa libertad y solo permite regular por factores medioambientales y de movilidad. El plan director no prohíbe, solo hace que en algunos casos sea más complicado implantarse. En una medida que buscaproteger el territorio

¿El pequeño comercio no está demasiado acomodado?

Tiene que espabilarse. Muchos factores influyen en cómo le va al sector, pero uno de ellos es cómo es el pequeño comercio. Tenemos que analizarnos y ser capaces de adaptarnos a los cambios. Hablas con mucha gente que dice que le va bien como le va, y hemos de ser nosotros los que debemos de dar el primer paso para adaptarnos a muchos cambios, a los que han venido y a los que vendrán.

El sector está inmerso en una guerra de precios. No hay mes que no haya promociones especiales y el Black Friday se ha implantado con una rapidez y una fuerza increíbles.

En 2012 se liberalizaron las rebajas y ahí empezó todo. Ahora se pueden hacer ofertas durante todo el año, y durante la crisis la gente se ha acostumbrado a comprar en el outlet y a precios baratos. Eso se ha grabado a fuego en la cabeza del consumidor, que busca ofertas en internet, en las tiendas... El factor precio se ha vuelto clave, y hemos de hacer que nuestros negocios sean sostenibles pese a ello.

El día 29 se han abierto las rebajas, cuando el sector isleño era más partidario de demorarlas.

Queremos volver a regularlas y tener periodos marcados de rebajas. Lo ideal sería que esa regulación fuese autonómica. Las fechas clásicas son el día después de Reyes en invierno y el 1 de julio en verano, podrían ser adecuadas.

¿El pequeño comercio puede competir en internet con las grandes plataformas?

La venta online nos está haciendo daño a los pequeños y a los grandes, pero es una nueva realidad. Es una competencia muy fuerte, pero también es una oportunidad. Quizás el problema lo tenemos nosotros por no saber aprovecharla. Es muy complicado, pero si no somos capaces de hacer venta al menos debemos aprovechar internet para promocionarnos a través de las redes sociales.

Ustedes y la Administración anunciaron un plan para impulsar los grandes ejes comerciales urbanos, que sigue sin tener un reflejo en la realidad.

Es una de las asignaturas pendientes de las Administraciones locales, autonómica y de los comerciantes. Todo está yendo más despacio de lo que nos gustaría. Tenemos un plan que creemos que es bueno para el pequeño comercio de las ciudades, pero necesitamos de la Administración, y muy especialmente de la local, que es quien debe de liderar este tema. Hablamos con ellos, están redactando un proyecto, pero van muy lentos.

¿Es imposible acabar con el ´top manta´?

No solo hace daño al comercio. Es una mala imagen para el turismo y beneficia a las mafias. Solo se puede combatir si nos implicamos todos.

¿A usted le propusieron ser presidente de la Cámara de Comercio como alternativa a Bartomeu Bestard?

No. Internamente en Afedeco llevábamos meses con un debate bastante intenso considerando que podríamos hacer un buen papel presidiendo la Cámara, y al ser yo el presidente de la patronal me tocaba a mí. Me lo pidieron los míos, pero no era nada alternativo. Al final, como decisión personal, decidí que no. Profesionalmente me dedico a otra cosa y no tendría el tiempo necesario.

Todos reconocen que hubo reuniones en la patronal CAEB para buscar un candidato alternativo.

Hay que agradecer a Bartomeu Bestard su valentía al proponerse como candidato. Esta ley de Cámaras, y creo que es un error, permite presentar candidaturas hasta un minuto antes de la votación. A última hora surgió una segunda candidatura que fue la ganadora. Y la presidenta de CAEB optó por abstenerse en las votaciones.

¿Qué le va a pedir al nuevo presidente de la Cámara de Comercio, Antoni Mercant?

Lo mismo que hubiéramos pedido a Bestard. La Cámara debe de actuar donde acaban las patronales, es decir, ayudar a internacionalizar nuestras empresas, exigir en Bruselas un IVA reducido, reclamar en Madrid un trato más justo para las islas...

CAEB ha adquirido un peso importantísimo en el equipo de Gobierno de Cámara.

Es cierto, pero es que en la Cámara estamos los empresarios, y CAEB es una parte muy importante del empresariado de Balears. En el comité de Cámara estamos Rafael Roig, Rafael Salas, Pep Lluís Aguiló, Carmen Planas, Javier Vich o yo mismo, que somos gente de CAEB.

¿Qué tal las relaciones con este Govern? ¿Mejores o peores que con el anterior?

Son buenas. Nos sentimos escuchados. Son capaces de sentarse y negociar. De hecho, participamos en muchas de las leyes que están en marcha y nos dan la oportunidad de defender nuestros intereses. Yo no me relacioné con Governs anteriores, pero por lo que me dicen en Afedeco, el actual escucha más.

¿No hay reproches a la Administración?

Su principal defecto está en la lentitud. Y una queja que tenemos es que hay empresas públicas, como Palma Activa, que nos hacen la competencia en labores de asesoramiento y estudios de viabilidad, y eso es un obstáculo a la hora de promover el asociacionismo.

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