El testimonio de Miguel Morro y de cómo consiguió esclarecer sus orígenes sobrecoge. Este mallorquín se enteró de que era un niño comprado cuando nació su hijo. A su madre adoptiva le entraron remordimientos y se lo confesó todo, incluso le entregó los documentos de la operación: 5.000 pesetas de finales de los años 60 fue el coste oficial de su compra cuando era solo un bebé. Morro cree que este dinero correspondía al coste de los honorarios médicos, y que el precio fue superior. "Hay que tener en cuenta que habitualmente coincidía que se vendía una propiedad poco tiempo antes de comprar al niño, y ésta es una buena línea que tenemos para investigar", indica. Recuerda que de pequeño, cuando acudía a casa de su tía abuela, notaba cierto rechazo y ello en algunas ocasiones le hizo sospechar, hasta que su madre adoptiva decidió confesarle que había sido comprado y le mostró los recibos.

"Con estos documentos -relata este abogado palmesano y presidente de Orígenes- contraté un equipo de detectives de Valencia que son especialistas calígrafos y se dedican a cotejar firmas de toda España. Me dieron tres posibilidades: Una mujer de Pollença

Después de descartar -con una simple llamada telefónica y por la reacción de las interlocutoras-, que la mujer de Pollença y la de Sevilla podían ser su madre, Miguel Morro decidió hacer la maleta y marcharse a un pueblo de Córdoba llamado Bujalance. Allí localizó a la familia y, no con poca incertidumbre, se plantó en su casa: "Me abrió la puerta una mujer y pregunté por mi madre; en ese momento no estaba. Al cabo de un rato vi una mujer mayor que llegaba con bolsas de la compra y la abordé".

La mujer lo negó todo, recuerda Morro. No obstante, del impacto "al decirle yo que era su hijo, tuvo que apoyarse en la pared y supe que era ella". El presidente de Orígenes decidió denunciar el caso y la Policía Nacional llamó a declarar a su madre biológica, que confesó los hechos. Pese a ello, Morro no tiene ningún tipo de relación con ella ni con sus hermanos cordobeses.

Cree que nació en la antigua Clínica Rotger de la calle General Riera de Palma. En el documento que se adjunta en este artículo se lee la renuncia de la madre, junto a la firma de dos testigos. Casualmente uno de ellos era guardia civil y estuvo destinado en Palma durante unos años. En aquella época la Benemérita tenía un cuartel en General Riera.

"Sabemos que como el mío hay muchos otros casos que no se han investigado. Incluso hemos conocido que antiguos trabajadores de la Trasmediterránea aseguraban que en algunos viajes se trasladaban jóvenes mujeres embarazadas e incluso bebés de pocos meses", asevera Miguel Morro.

El presidente de Orígenes se muestra muy agradecido a la Policía Nacional, ya que recuerda que Balears es el único sitio de España donde nunca se han negado a investigar estos casos. De hecho, gran parte de su investigación fue puesta en marcha por los agentes de Palma que solicitaron que la madre biológica de Córdoba declarase. De igual modo, se muestra muy satisfecho de que el Govern pueda iniciar estas investigaciones en las cuales ellos participarán.