Mientras el mallorquín Luis Ladaria gana peso en la jerarquía de la Iglesia Católica, ahora como nuevo cardenal, sigue pesando sobre él una citación judicial de los juzgados de Lyon. Francia juzgará por el encubrimiento de abusos sexuales en la Iglesia al cardenal y arzobispo de la urbe francesa, Philippe Barbarin, en 2019. La justicia gala aplazó el proceso, que debía iniciarse en julio, precisamente para no dejar fuera de la causa al mallorquín, actual mano derecha del Papa como prefecto para la Doctrina de la Fe. Con el nuevo rango de purpurado, las víctimas de los abusos, que ejercen la acusación, temen que pueda frenar el proceso judicial.

El portavoz de la plataforma de víctimas del párroco Bernard Preynat, La Parole Liberée, François Devaux, explica en declaraciones a este diario que "no le sorprende" el ascenso de Ladaria como nuevo cardenal de la Iglesia, por "su posición, cercano al Papa" y por el hecho de que "la Iglesia siempre se ha puesto de perfil". Devaux lamenta que, tal vez, el Papa "no esté ni al corriente de los hechos que denunciamos".

Esta plataforma quiere que se juzgue al mallorquín por haberse limitado a ordenar apartar a Preynat del sacerdocio pero no haber puesto en manos de la justicia ordinaria los hechos, ocurridos a finales de los 80 y de los que tuvo conocimiento en 2014, tras ser informado por el obispo y cardenal de Lyon, Philippe Barbarin, para saber cómo gestionar el caso.

Ladaria, así como el resto de procesados, debía declarar ante el tribunal de Lyon el pasado abril pero la falta de traducción al castellano del sumario obligó a tomar una decisión: seguir adelante sin juzgar al jesuita manacorí o esperar al próximo año para no dejarle fuera. Las víctimas de los abusos, que llevan la acusación, no dudaron: "No tenemos prisa".

Que ahora sea cardenal, Devaux lo ve como "parte de una estrategia" para presionar a la administración de justicia francesa. "Sabemos que esto incomoda a la diplomacia francesa y no nos extrañaría que se sacaran un as de la manga para evitar mantener en la causa a Ladaria", confiesa Devaux. "Cabe recordar que el Vaticano ha ratificado muy pocos tratados internacional y es muy difícil poner a sus miembros delante de un tribunal", explica el portavoz de las víctimas de los abusos. "Sabemos que será difícil pero no renunciaremos a que asuman su responsabilidad", zanja Devaux.

Precisamente, el nuevo cardenal, en la víspera de su creación, cargó duramente, en declaraciones a agencias, contra el encubrimiento de abusos, reclamando "erradicar esta actitud", que, explicó "sólo sirve para que los abusos continúen", alertó Ladaria.