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Análisis

Alorda tiene al PSOE en su diana

Alorda tiene al PSOE en su diana

No hay Govern del Pacto que agote la legislatura sin guerra interna de por medio. La política mallorquina no sería lo mismo sin el periódico desencuentro entre el PSM (hoy Més) y el PSIB-PSOE, un clásico que ha vuelto a un año de las elecciones autonómicas. En esta ocasión, Antoni Alorda capitanea el bando de los nacionalistas. A falta de un vicepresidente del Govern -desde 2015 Més solo ostenta el cargo sobre el papel por dejadez propia, y quien ejercía entre bambalinas, Fina Santiago, ha sido anulada entre otros por Alorda-, el presidente de la Comisión Balear de Medio Ambiente ha afinado el cañón de su escopeta; empezó con una de balines, pero en las últimas semanas el de Inca ya maneja una de cartuchos. Los consellers de Territorio del Govern, Marc Pons, y del Consell de Mallorca, Mercedes Garrido, son los dos primeros socialistas que ha puesto en su diana. Alorda desmontó el Plan de Movilidad del egocéntrico conseller menorquín, llegando para más inri a preguntarse en un dictamen oficial "qué aportan de nuevo" sus ideas estrella contra el colapso.

Alorda tiene ahora enfilada a Garrido, a la que acaba de tumbar la regulación de facto del alquiler turístico. Éste si es un verdadero combate entre sabuesos políticos, así que será interesante su deriva. La secretaria general del PSOE mallorquín que se ha atrevido a expedientar al GOB no va a dejarse vapulear por Alorda. Este martes ya asistimos a la réplica de los socialistas del Consell a sus aliados de Més en el Ejecutivo autonómico: No hay que ser muy astuto para ver que Garrido está detrás del boicot in extremis a Bel Busquets, que le impidió fijar el precio de las plazas turísticas, aunque le tocara figurar a Cosme Bonet.

En el cuatrienio de la presidenta Francina Armengol, Mallorca padece dos problemas capitales mayúsculos: la imposibilidad de acceder a una vivienda para la mayoría de la población, y la saturación turística y viaria. La izquierda no ha sabido afrontar ninguno de los dos.

Més ha desaprovechado la oportunidad única que le dio su espectacular resultado electoral para forzar al PSOE a salir de su zona de confort. Tres años después, Antoni Alorda -aunque agrio, un capital político de excepción dentro de su partido-, llega tarde para arrancar medidas valientes a sus socios. Claro que PSOE y Més aún están a tiempo de repetir su destino y ponerle la alfombra roja al PP de Biel Company.

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