El prestigioso rotativo estadounidense The New York Times publicó este domingo un extenso reportaje donde analiza con profundidad toda la polémica del alquiler turístico en Mallorca. En gran parte de la publicación se centra en Palma, con impresiones del alcalde Antoni Noguera, donde el rotativo asegura que la capital ha "golpeado poniendo barreras" al alquiler vacacional para contener la saturación turística y lo ha hecho poniendo freno a Airbnb y otras plataformas similares.

De hecho el titular del reportaje ya es significativo: "Una ciudad española prohíbe Airbnb para contener el turismo". Recogen de testimonios a favor y en contra del alquiler turístico y de las leyes y normativas para su regulación. Joan Miralles, presidente de la patronal Habtur, asegura que los políticos se han doblegado a lobby de los hoteleros: "Prohibir Airbnb no hará nada para resolver nuestra crisis de vivienda, pero detendrá la democratización de un sector turístico que ha sido controlado siempre por unos pocos oligarcas de hoteles".

También se hace eco del turismo de borrachera de Magaluf y del balconing. Relata como los hoteles de la zona han colocado paneles de cristal "para evitar que los clientes ebrios salten". "Por lo general aterrizan en piscinas, pero a veces no y caen a la muerte".

Se adentra en la problemática del encarecimiento de la vivienda. Habla que Palma se convertirá en la primera ciudad española en prohibir el alquiler a corto plazo y que el alcalde Noguera "quiere contener el turismo en lugar de frenarlo". En este contexto señala que muchos consideran al alquiler turístico como un ataque frontal al tejido social de la ciudad, reduciendo la oferta de viviendas y haciendo que Palma sea incaccesible para sus 440.000 habientes". Recuerda que el precio de los alquileres en Palma han aumentado al ritmo más alto de las ciudades españolas.

Reproduce testimonios de personas que alquilan sus apartamentos a turistas que se muestran indignado con la prohibición y esperan que los tribunales las tumben. Por contra, algunos vecinos denuncian las fiestas y el ruido de los turistas que se alojan en pisos particulares. Explica los carteles en barriadas contra esta actividad y reproduce su lema: "La ciudad es para quien vive en ella, no para quien la visite".

El artículo, firmado por el corresponsal The New York Times en España y Portugal, Raphael Minder, no entra en muchas valoraciones. Una de las pocas que aborda es que los partidarios y los detractores del alquiler turístico encuentran un punto en común: cuestionan como se aplicará la prohibición y la avalancha de normas "está aumentando la confusión legal"