Si el punto de partida para la teoría de la relatividad general que Albert Einstein fijó en 1916 establecía que no hay ningún punto fijo en el universo, sino que todo se mueve con el resto, un siglo después el californiano Barry Barish y su equipo de colaboradores de dieciocho países ha conseguido poner las bases para comprobarla. "El primer objetivo cuando se diseñó el LIGO (Observatorio de Ondas Gravitacionales para Interferometría Láser) era comprobar la teoría de la relatividad general, y lo que sabemos ahora es que es muy cierta, aunque todavía no se ha podido comprobar del todo", explicó ayer el premio Nobel de Física 2017, Barry Barish, en su visita a la Universitat de les Illes Balears.

El descubrimiento de las ondas gravitacionales es sólo el inicio de un largo camino, de cientos de años, en opinión del científico estadounidense, que seguramente llevará a conocer cómo fueron los primeros instantes del universo. "Tengo la esperanza de que la ciencia se desarrollará durante muchos años, incluso siglos, igual que tuvo que hacerlo la astronomía clásica", apuntó Barish, quien cree que "lo importante es que ahora el potencial está ahí". Aun así, detectar las ondas gravitacionales del Big Bang "no ocurrirá pronto", ni se llevará a cabo con el observatorio LIGO, que se utiliza actualmente.

En estos momentos los detectores de ondas gravitacionales están "apagados" porque "los están mejorando", aunque Barish anunció que el año que viene su equipo volverá a trabajar con ellos "a una potencia que doblará la que tenían hasta ahora", por lo que "su sensibilidad se habrá duplicado y podrán alcanzar una gran distancia mirar el doble de lejos". El objetivo será estudiar cómo interactúan entre ellos los agujeros negros.

Reconocimiento a la UIB

UIB

"Los grandes problemas de la ciencia de hoy en día necesitan de las mejores mentes de todo el mundo". Con estas palabras el premio Nobel, Barry Barish, quiso reconocer la colaboración del Grupo de Relatividad y Gravitación que dirige la doctora Alícia Sintes que, desde la UIB, ha contribuído a "detectar los perfiles de las ondas gravitacionales".

Igualmente, el científico aseguró que haber trabajado con equipos investigadores de dieciocho países es "natural" porque "aunque tenemos culturas distintas, tenemos los mismos planteamientos científicos" y, gracias a ellos "hoy comprendemos un poco más el universo".

Durante una charla abierta a los alumnos de la UIB conducida por el divulgador científico y youtuber Javier Santaolalla, la doctora Sintes explicó cómo fue el día que supo que se habían descubierto las ondas gravitacionales. "Era el primer día de clases y fue realmente interesante", aseguró, mientras Barry Barish bromeó con que él entró en "pánico".

El vicerrector de investigación de la UIB, Jaume Carot, remarcó durante su introducción el modelo de "ciencia colaborativa" que ha llevado a cabo el premio Nobel de Física, quien ha coordinado equipos interdisciplinares durante más de veinte años. Asimismo recordó que mientras la universidad de Standford tiene un presupuesto de 4.200 millones de euros, el de la UIB no llega a los 94.