Para que se haga cargo del tipo de entrevista: "¿Es peleona?"

Sí, consigo lo que me propongo en todos los aspectos de la vida. Me quiero ir a dormir con la sensación de que he dado el máximo. No voy a por el cinco, soy un poco empollona. Como dice mi entrenador, tengo la medalla de oro antes del combate, peleo para que no me la quiten.

¿Cuál será su primera Olimpiada?

Veo difícil llegar a Tokio'20 y más asequible París'24, pero vivo en el presente.

En el boxeo también se pegan.

Nosotros luchamos, no nos pegamos. Es un deporte técnico, con un complemento muy físico que lo diferencia del judo. Jugamos con el desequilibrio y los empujones, pero no damos patadas ni puñetazos, ni estrangulamos, ni luxamos, ni tiramos de los cabellos.

¿Cuántas veces le han dicho que la lucha no es femenina?

Muchas, un deporte de contacto se identifica con el hombre. Respondo insistiendo a las madres para que lleven a sus hijas. Trabajamos todo el cuerpo, la fuerza como en la halterofilia o la resistencia como en el maratón. Y también desarrolla valores de compañerismo y respeto al rival, aunque en el combate quieras destrozarlo.

¿Qué peso levanta?

En sentadilla completa, cien kilos con una repetición. En pectoral, 60 kilos. Son cifras altas para una mujer.

Con esa fuerza, debe ser imbatible en la reanimación cardiaca de un enfermo.

El masaje cardiaco también cansa, porque empleas mucha fuerza. Con el agotamiento, pierde calidad y disminuye la supervivencia. En el máster, yo tenía la ventaja de que mis compañeros acababan sudando y rojos.

Cura a unos como enfermera y luego hace daño a otros como luchadora.

Jajaja, me identifico con esa frase. Aplico el principio de beneficencia máxima a mis pacientes, siempre les transmito positividad. En el combate, quiero aniquilar limpiamente al otro. Eres mi enemigo y quiero matarte, ganarte.

Usted no necesita entrenarse contra las agresiones de enfermos.

Nunca he sufrido una agresión física, aunque sí verbales. Me hacen bromas los compañeros y los enfermos de "eh, contigo no nos metemos", pero no creo que nadie se reprima si quiere pegar a un profesional sanitario. Hay que controlar estas agresiones.

Se llama Sánchez, el apellido de moda.

Mi madre nació en Argentina, donde se exilió mi abuela desde Inca tras la Guerra Civil. Mi padre vino de niño de La Línea de la Concepción.

¿Y de Pedro Sánchez qué me dice?

Me gusta que sea presidente, porque era necesario un cambio. No lo hemos votado, pero la Constitución lo permite, y los españoles esperábamos un momento así porque estamos un poco asqueados de la política. Soy de izquierdas, cercana a Podemos.

En ningún deporte hay un contacto tan íntimo.

Vestimos un maillot totalmente ceñido al cuerpo, pero lo divido de forma radical. Cuando alguien te ve, comenta que "os revolcáis, os rozáis, os abrís de piernas". Muchas posturas parecen sexuales, agarras al rival entre los genitales pero estás concentrada en ganar, aunque alguno haya pensado en lo otro.

¿Lucharía con hombres?

De hecho, entreno con hombres, que son 16 frente a solo tres niñas. Los torneos no tendrían que ser mixtos, hemos der admitir la realidad de que anatómicamente somos inferiores. Aunque la técnica puede suplir a la fuerza, según hemos comprobado ahora que han venido las luchadoras chinas a Mallorca.

Rafael Nadal ve normal que las mujeres ganen menos en el tenis.

Me parece mal. Han de ganar lo mismo, la diferencia de popularidad es culpa de los medios de

comunicación y de las políticas del país. El deporte es machista y se correlaciona con el hombre, pero la ganadora de Roland Garros ha trabajado tanto como un hombre para lograr su título.

De esto no se come.

Por eso se necesita un plan B, que es la Enfermería y con ello no quiero decir que sea secundaria,

porque es mi vocación. Si pudiera vivir de la lucha libre, no me levantaría a las seis de la mañana para ir a Son Espases. Siendo campeona de España y adjuntando otros méritos, he conseguido una beca anual de dos mil euros. Divide por doce meses, es un insulto a nuestro trabajo.

¿Las enfermeras han de hablar catalán?

Al menos lo han de comprender. Has de entender los síntomas de un hombre de pueblo que viene con una angina de pecho y te habla en su idioma natal. Muchos profesionales tienen ganas de aprender y te piden que les hables en mallorquín, pero otros lo desprecian.