Las islas son territorios especialmente vulnerables al cambio climático ya que gran parte de los recursos y bienes que utilizan tienen que importarse "con transporte que contamina y emite gases de efecto invernadero", y dependen energéticamente del continente, "por lo que el coste energético es más elevado". Quizás por eso no es casualidad que el Laboratorio Interdisciplinar de Cambio Climático (LINCC) de la Universitat de les Illes Balears haya sido seleccionado para asesorar a la Unión Europea para que las islas del Mediterráneo y de otras zonas europeas hagan la transición energética hacia las energías limpias que Europa se fija para el horizonte 2030. Así lo explicaron ayer el catedrático de Física de la UIB, Damià Gomis, y el profesor de Derecho de la UIB, Pau de Vílchez.
El Laboratorio de Cambio Climático, formado por sesenta investigadores de disciplinas que abarcan áreas de conocimiento tan lejanas como la Física o la Filosofía, ha sido seleccionado para formar parte del consorcio internacional que gestionará el Secretariado de la Iniciativa Energía Limpia para las Islas de la Unión Europea. De este modo, proporcionará apoyo y asesoramiento a los gestores de las islas del Mediterráneo para realizar la transición hacia las energías limpias a través del diseño de planes para descarbonizar los modelos energéticos vigentes.
Los investigadores participarán a lo largo de dos años en un estudio comparativo sobre los sistemas energéticos de las islas mediterráneas, facilitarán el intercambio de buenas prácticas entre distintas regiones europeas y promoverán iniciativas de descarbonización entre la administración y la empresa privada.
La UE ha decidido impulsar esta iniciativa para que las islas sean la "zona experimental" para impulsar la transición a las energías limpias a todo el continente. La UIB realizará este trabajo junto al Instituto Tecnológico de Creta y la Agencia para la Energía y la Sostenibilidad de la isla danesa de Aeroe, que ya funciona con el 50 por ciento de energías de origen renovable. En este sentido, Vílchez explicó que "se trata de tomar decisiones que estén adaptadas a la realidad de cada isla y de cada territorio" con el objetivo fijado "no sólo en cambiar el origen de las energías, sino también reducir el consumo energético".
En cuanto a Balears, los expertos apuntaron que en estos momentos la mayoría de los proyectos que hay encima de la mesa son solares.
Descarbonizar Mallorca
El director del Laboratorio de Cambio Climático, Damià Gomis, apuntó que se trata de una "oportunidad para hacer presión" al Gobierno central para que retire, por ejemplo, el llamado 'impuesto al sol', recientemente cuestionado por Europa, o dé el visto bueno al cierre de la central térmica de Es Murterar responsable del 25 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero de Mallorca y alimentada con carbón procedente de Sudáfrica.
Igualmente se mostró convencido de que "la disposición" del Ejecutivo central "será diferente de la que tenía el Partido Popular", lo cual argumentó al recordar la trayectoria de la ministra de Transición Energética, Teresa RiberaTeresa Ribera.
Hay "prisa para empezar a tomar medidas decisivas para frenar el cambio climático", que también tendrán consecuencias positivas en materia de salud, ya que "en Francia la contaminación atmosférica es la tercera causa de mortalidad", además de una "oportunidad económica porque implica un cambio de modelo y la creación de un sector productivo calificado que permita diversificar el modelo excesivamente dependiente del turismo", aseguró Vílchez.
Aunque aseguran que el modelo energético se tendrá que decidir entre todos, en Mallorca "lo que está claro es que el modelo no puede ser el de ahora, que cuenta sólo con el 3 por ciento de las energías renovables".
Descarbonizar la isla pasará por cerrar Es Murterar, electrificar el transporte por carretera, además de obtener la electricidad a partir de la energía solar. "Tenemos que empezar por los espacios degradados pero no bastará y, seguramente también tendrán que hacerse parques solares en suelo rústico", advirtió el catedrático de Física. Aunque también cree que será necesaria la conexión por cable con la Península, ya que "difícilmente podremos ser cien por cien autónomos" energéticamente.
En esta línea, Gomis señaló que no podemos "ser egoístas" y aspirar a que toda la energía nos llegue por cable y "nosotros preservemos el paisaje", por lo que apuesta por un modelo "mixto". En cuanto a la polémica sobre la instalación de placas solares en suelo rústico, animó a no ser "puristas" y "diferenciar el perjuicio ambiental del perjuicio visual o estético", ya que "los parques solares si están bien hechos se pueden desinstalar".
