"Se extrae de la zona lateral de la nuca, de oreja a oreja, lo que nosotros denominamos zona donante", comienza José María Muñoz, cirujano general y digestivo de la Clínica Rotger, a explicar cómo realizan los trasplantes capilares con la técnica MicroFUE. "Nosotros lo hacemos de manera robotizada aunque también se puede hacer manualmente, aunque es más lenta y menos precisa", añade.

De la citada zona se extraen unidades foliculares, no pelos, diferencia el cirujano. Una unidad folicular, explica, está compuesta por el folículo piloso, la glándula sudorípara y el músculo piloerector (el que pone los pelos de punta). "Cada unidad folicular puede tener desde un pelo hasta cuatro o, excepcionalmente, más de cuatro hasta un máximo de cinco", detalla el doctor Muñoz.

Preguntado por la razón por la que se extraen de esta zona, el cirujano responde que porque genéticamente estos pelos carecen del factor receptor de la testosterona, "el principal causante de la pérdida de cabello o al menos en un 90% de los casos. Por eso, genéticamente el pelo trasplantado no se volverá a caer, lo pongas donde lo pongas".

'Pelo de muñeca'

Que se trata de un trabajo laborioso lo demuestra el hecho de que, durante el proceso de extracción, hay que separar las unidades foliculares en función de la cantidad de pelos de cada una de ellas. El especialista retoma el discurso para explicar el porqué. "En la primera línea de la cabeza no hay de forma natural unidades foliculares de más de un pelo. Por eso, reimplantar allí unidades superiores da como resultado un aspecto poco natural que es conocido dentro de nuestro argot como pelo de muñeca. Más hacia atrás ya se pueden colocar unidades foliculares con más pelos, para dar más densidad al cabello y que resulte más natural".

Por término medio, en cada trasplante se colocan entre 2.500 y 3.500 unidades foliculares. Como hay que actuar con rapidez entre la extracción y el reimplante por eso de la supervivencia del folículo (la falta de oxígeno una vez desarraigado lo mata), las intervenciones en las que se trasplantan más de 1.500 unidades foliculares se realizan en dos sesiones consecutivas de cuatro horas y media de duración cada una.

"La intervención se hace con anestesia local. Y, sí, el paciente queda dolorido (las extracciones provocan microlesiones de 0,5 milímetros), pero nada que no pueda solventar con un paracetamol", tranquiliza Muñoz antes de revelar que el coste medio de estos trasplantes oscila entre los 4.500 y los 7.000 euros.

Este precio incluye hasta cinco sesiones de mesoterapia en las que se infiltra en el cuello cabelludo del paciente plasma rico en plaquetas (por su factor de crecimiento) y vitaminas a lo largo del primer año tras la intervención.

Entre la cuarta y quinta semana después de realizado el autotrasplante, el 85% del pelo reinjertado se cae. "Pese a que todos los pacientes son informados de esta circunstancia que denominamos periodo del desierto, son habituales sus llamadas alarmadas. Pero el pelo vuelve a salir de forma progresiva en el plazo de un año", concluye este especialista que garantiza que esta técnica es efectiva cien por cien, que el pelo puede caerse, pero que volverá a salir.