Después de siete años de Mariano Rajoy en Moncloa, el PP balear ya no se acordaba de lo que era eso de exigir a Madrid. Ahora, con la llegada de Pedro Sánchez, el PP se siente cómodo ejerciendo sobre Francina Armengol la presión de lo que llega de Madrid. Con el Régimen Especial, las prisas que antes apremiaban al Pacto ahora se pasan al PP de Biel Company, que le urge al Gobierno socialista en menos de un año lo que el exministro Montoro cocinó a fuego lento con el Govern en tres años.

Hace dos meses, el líder del PP balear, Biel Company, se mostraba tranquilo sobre cuándo llegaría el Régimen Especial (REB) para el archipiélago. Después de meses de negociación entre el Govern balear y el ministro Montoro, Company pronosticaba sin mucha concreción que el paquete de compensaciones para las islas llegaría "muy pronto". "Está muy próximo", aseguraba confiado. Ahora, el mismo Company que contemporizaba con la llegada del REB exige a Sánchez y a Armengol que cierren el acuerdo antes de enero del próximo 2019.

Las prisas invaden a los populares a medida que abandonan al PSIB. Desde finales del año pasado, desde la presidenta Armengol hasta la consellera de Hacienda, Catalina Cladera, reclamaban al ministro poder cerrar el acuerdo en el primer trimestre de este año. Con esa opción ya lejos y una vez superada la moción de censura, la portavoz del Govern, Pilar Costa, daba margen con la previsión de que el Régimen Especial entre en vigor el uno de enero de 2019. Ahora, sin pausa pero sin prisa.

No sólo ha cambiado el calendario. Al menos para el PP. Rajoy le había dicho a Company eso de "duerme tranquilo, pero siempre vigilante" sin saber que eso sería lo que quedaría de su última visita como presidente a Palma, y el presidente del PP balear decía a los medios en los pasillos del Parlament que él conocía de primera mano la negociación del REB. "Pero no lo voy a filtrar a nadie. Saben que yo trabajo con responsabilidad. Si lo ven en algún medio tengan por seguro que no lo habré filtrado yo", soltaba el popular prometiendo "lealtad institucional". La discreción de esos días voló ayer con Company dando los detalles de un principio de acuerdo entre Govern y el Gobierno del PP.

Pero el cambio es que ahora es Company el que pone la presión a Madrid, mientras Armengol, que promete "no agachar la cabeza""no agachar la cabeza" ante Sánchez a la espera de la reunión con el nuevo presidente, amplía los plazos al líder socialista por eso de que hay que dejarle llegar. Las prisas las tiene ahora el PP.