Diecisiete meses, un cuarto de la condena, es lo que Iñaki Urdangarin va a tardar en obtener su primer permiso en la cárcel de mujeres de Brieva (Ávila), donde va a disponer de un pequeño módulo para él por razones de seguridad, pero donde puede asfixiarle la soledad.

El cuñado del Rey entró ayer por la mañana en Brieva, un centro penitenciario de mujeres quer permitirá a Interior garantizar su seguridad e intimidad.

La cárcel, construida en 1989, dispone de 162 celdas, aunque ahora solo está ocupada al 62 por ciento de su capacidad.

El esposo de la infanta Cristina no podía ir a otra prisión si quería evitar roces con otros internos o que le grabasen clandestinamente con un reloj-espía, como les ha pasado a tres de los políticos catalanes presos por rebelión en Estremera.

Hablar con los funcionarios

En Brieva, en principio, solo podrá hablar con los funcionarios; no participará en las actividades comunes del centro; y a duras penas tendrá un pequeño patio para hacer deporte.El exduque de Palma solía calmar la ansiedad que le ha provocado el caso Nóos corriendo, algo difícil de practicar entre rejas. La primera vez que declaró ante el juez Castro se alojó en Marivent, madrugó y dio un sinfín de vueltas a los jardines del palacio antes de ir al juzgado.

El precedente de Roldán

El módulo masculino de la prisión de Ávila apenas se ha utilizado en los últimos años con algunos arrepentidos y entre sus ilustres ocupantes destaca el exdirector general de la Guardia Civil Luis Roldán, que nunca se mezcló con las reclusas y que lo pasó allí muy mal por una depresión, acelerada por la soledad.

Según los protocolos penitenciarios, la cárcel de Brieva calificará al nuevo recluso en un plazo de entre dos y cuatro meses. Lo normal es que se le dé el segundo grado, el régimen más común, aunque también se le podría dar el tercer grado, mucho más beneficioso. Esta última opción sería vista, no obstante, como un claro trato de favor. Los primeros permisos los podrá disfrutar cuando cumpla un cuarto de su condena de 5 años y 10 meses (70 meses), es decir a los 17 meses. En segundo grado se pueden tener 36 días de permiso anuales.

El ansiado tercer grado le podría llegar al cumplir la mitad de la condena, 35 meses. El tercer grado es una semi-reclusión, te permite disfrutar de 48 días de permiso al año y, si trabajas fuera, ir de lunes a jueves a dormir a prisión y tener el fin de semana libre.

La libertad condicional podría llegarle dentro de cuatro años, cuando haya cumplido dos tercios de su condena.

Reparar el daño

En su progresión penitenciaria, el exjugador olímpico de balonmano tiene a su favor el haber reparado, tras la venta de sus inmuebles, el daño causado al Govern y a Hacienda.

Brieva está situada a una hora y 22 minutos de Madrid por autopista, lo que facilitará los desplazamientos de la infanta Cristina, y eventualmente sus hijos, para ver al recluso. Según fuentes periodísticas, la hermana del Rey piensa mantener su residencia habitual en Ginebra, donde trabaja y donde han estudiado hasta ahora sus cuatro hijos. También está bien comunicada con Vitoria, donde reside la familia paterna del factótum de Nóos.

Roldán estuvo diez años

Luis Roldán estuvo recluido más de un lustro en ese módulo masculino y en ese tiempo se consumió por la soledad, algo que le puede pasar a Urdangarin.

La junta de clasificación de Brieva puede revisar el grado del famoso interno cada seis meses y Urdangarin, como cualquier recluso, siempre puede recurrir las decisiones del centro ante el juzgado de vigilancia penitenciaria. Según fuentes sindicales, Brieva adolece de un serio déficit de funcionarios.

La cárcel no es conflictiva, pero alberga algunas internas con enfermedades psiquiátricas, lo que suele complicar la convivencia. Urdangarin parece haber descartado el indulto y el recurso de amparo ante el Constitucional.