A las doce de la noche de mañana lunes se cumple el plazo que dispone Iñaki Urdangarin para ingresar en Iñaki Urdangarinprisión. Cuando encamine los últimos pasos que le lleven a su celda, donde debe permanecer casi seis años privado de libertad, se terminará así un largo periplo judicial que se inició en un juzgado de Palma, y que ha demostrado que hasta los integrantes de la Familia Real terminan en prisión si se demuestra que han cometido un delito. Y Urdangarin es el claro ejemplo de que a la justicia no le tiembla la mano cuando tiene que castigar a un delincuente, aunque se trate de un familiar directo del Rey.

Estos últimos días no han sido fáciles para el marido de la Infanta. Hace mucho tiempo que se había hecho a la idea de que iba a ser condenado pero, aun así, para cualquier persona que sabe que su futuro más inmediato se limita a las cuatro paredes de una cárcel, la situación no es sencilla. Sobre todo si es una persona que tiene que explicarle a sus cuatro hijos que pasará un largo tiempo entre rejas.

Pero si alguien se ha hecho merecedor de este castigo, rubricado por el Tribunal Supremo, ha sido Iñaki Urdangarin. Su privilegiada posición social no fue un obstáculo para hacer negocio a costa del dinero público. Su condición de yerno del Rey se convirtió en la plataforma perfecta para enriquecerse. Cuando acudía a alguna institución pública para vender sus faraónicos proyectos, pocos se atrevían a no abrirle la puerta. Casi siempre vendía humo, pero el problema es que hubo políticos que lo compraron, pero no con su dinero, sino con fondos públicos. Y el ejemplo más claro fue el de Jaume Matas, que permitió que más de dos millones y medio de euros de todos los ciudadanos de Balears terminarán en los bolsillos del marido de la Infanta.

A pocas horas del límite para que Urdangarin ingrese en prisión todaría se desconoce de la cárcel en la que va a ingresar el cuñado del Rey. En los últimos días se ha especulado con varios centros penitenciarios repartidos por todo el Estad. Incluso se ha hablado de alguna de las prisiones de Balears, como la de Menorca, un centro de reciente creación y poco conflictivo. Se está buscando, valorando varios condicionantes, cuál debe ser la prisión más adecuada para recibir a un personaje de unas características tan especiales como es Iñaki Urdangarin quien, va a tener una especial vigilancia, sobre todo por razones de seguridad. Cuando se ingresa en la cárcel, el Estado no tiene en cuenta el delito por que el delincuente ha sido condenado, pero tiene la obligación de proteger al reo, mucho más si se trata de un familiar del Rey. La crítica general que ha provocado el comportamiento de Urdangarin al aprovecharse del dinero público podría provocar algún incidente dentro en la cárcel. Y el Estado no puede permitirse que un recluso agreda a Urdangarin, una tarea que no será sencilla. Por ello se buscará una cárcel donde se pueda garantizar la seguridad del marido de la Infanta.

Si no se ha conocido hasta ahora, será complicado que este fin de semana se desvele el nombre de la prisión que recibirá a Urdangarin. Dentro de lo posible se evitará la imagen del marido de la infanta Cristina entrando en la cárcel. Si se consigue esta fotografía, será una imagen que se difundirá por todo el planeta.

Aunque tendría alguna remota posibilidad de presentar algún recurso para intentar retrasar su ingreso en la cárcel, parece que su abogado ya ha tirado la toalla. Si no ha conseguido demostrar su inocencia ni en el juicio que se celebró en la Audiencia de Palma, ni tampoco en el recurso que presentó en el Tribunal Supremo, es prácticamente imposible conseguirlo en otras instancias judiciales. Y la petición de indulto ni siquiera se plantea. Colocaría en una situación complicada al Gobierno y de ninguna manera se pretende este escenario.

Como cualquier condenado, Urdangarin puede elegir cualquier cárcel del Estado para cumplir la condena. Y no hace falta que lo comunique antes de ingresar. Una vez dentro se informará al tribunal que le condenó en qué prisión va a permanecer los próximos años. Además del nombre de la prisión, la otra pregunta que mucha gente se hace es determinar cuánto tiempo pasará hasta que consiga la libertad provisional. Todas las quinielas están abiertas.