Jaume Matas eligió el martes cumplir condena en la cárcel de Aranjuez tras los problemas que tuvo en el centro penitenciario de Segovia, donde un juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid le revocó, en un duro auto, el tercer grado que había obtenido a los tres meses de ingresar por tráfico de influencias en favor del periodista Antonio Alemany. El expresident del Govern también decidió el martes no viajar a Palma al día siguiente a recoger la orden de ingreso en prisión para evitar "la humillación" y el "papelón" de posar ante los medios de comunicación como un delincuente, según fuentes próximas al antiguo dirigente del PP.

El también exministro de Medio Ambiente con José María Aznar tenía ya asumido, antes de que saliera el pasado martes la sentencia del Tribunal Supremo, donde se confirmó su condena a tres años y ocho meses de privación de libertad por prevaricar, malversar caudales públicos y amañar contratos, que debería volver a la cárcel. "Lo tenía todo preparado (para entrar en prisión) y por eso no esperó ni un día tras la sentencia y no disfrutó de los cinco días que le daba la Audiencia para despedirse de los suyos y ultimar asuntos pendientes".

Matas, al contrario que Iñaki Urdangarin y Diego Torres, optó el miércoles por quedarse en Madrid y no acatar el emplazamiento de la Audiencia de Palma para recibir en persona su orden de ingreso en prisión.

Cautelarmente, sus abogados presentaron un escrito en la sección primera de la Audiencia informando de que no se iba a presentar y de que se le notificase la orden en Madrid, su ciudad de residencia.

Matas escogió la pequeña y tranquila cárcel de Segovia (menos de 400 internos) para cumplir en 2014 los 9 meses por tráfico de influencias. El exministro ingresó el 28 de julio de ese año y en menos de tres meses, el 30 de octubre, consiguió el tercer grado, lo que le permitió cumplir la condena en un Centro de Inserción Social, donde solo tenía que ir a dormir de lunes a viernes.

Un juez de Valladolid

El juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid, del que dependía la cárcel de Segovia, revocó ese tercer grado argumentando que en los delitos de corrupción política el fin de la pena prevalece y que la confianza de los ciudadanos en el sistema podía verse afectada por la blandura del castigo.

El auto postulaba que no había prueba alguna de la reeducación del preso ni de un cambio de valores. Según el magistrado, Matas intentó, como último intento frustrado de evitar la cárcel, una petición de indulto que fue desestimada, mientras que en sus pocas semanas en el centro de Segovia apenas había participado en actividades comunitarias.

El tercer grado fue revocado así y Matas volvió a prisión para cumplir casi íntegramente los 9 meses de condena.

Ahora el expresident del PP balear se ha informado y ha escogido Aranjuez, un centro de mediano tamaño y próximo a su residencia de Madrid.

Por otro lado, Diego Torres, el exsocio de Iñaki Urdangarin, ingresará antes del lunes en la cárcel Can Brians 2 de Sant Esteve Sesrovires (Barcelona) para cumplir la condena de cinco años y ocho meses de cárcel que se le ha impuesto por el desvío de fondos del caso Nóos.

El exprofesor universitario, representado por el abogado Manuel González-Peeters, tiene de plazo hasta el próximo lunes, 18, para ingresar en el centro penitenciario Can Brians 2, que él mismo ha solicitado para cumplir la condena.

Torres pasará directamente al módulo de ingresos de la cárcel de Can Brians 2, aunque será la junta de tratamiento la que decidirá después su destino definitivo dentro de la cárcel, en función de su perfil psicosocial y de sus circunstancias personales y de salud. El exnúmero dos de Nóos ha sido sentenciado a 5 años y 8 meses y no descarta dedicarse a dar clases a otros internos.

Can Brians 2, una de las prisiones más nuevas de la red penitenciaria de Cataluña, inaugurada en 2007, albergó entre sus rejas a Fèlix Millet y Jordi Montull. En las cárceles catalanas es más fácil conseguir el tercer grado que en las del resto de España.