-Cuénteme su trayectoria profesional, ¿desde cuándo ostenta la jefatura del servicio de Ginecología y Obstetricia de Son Espases

-Obtuve la plaza en octubre de 2017, no se ha cumplido todavía ni un año, tras un concurso oposición al que nos presentamos cuatro candidatos. Aunque se trata de una plaza de funcionario no vengo con la intención de perpetuarme. Las cosas no son para siempre y soy de la opinión de que los cambios son beneficiosos para todos. Este es el tercer hospital por el que paso tras hacer la residencia en el de Reus y trabajar durante 14 años en el de Vall d'Hebron.

-¿Qué cosas se hacen en su servicio que solo se hacen en él?

-Tenemos algún tipo de técnica que solo se desarrolla aquí pero nuestro rasgo más sobresaliente es que ofrecemos un plus gracias a un trabajo multidisciplinar en el que pueden intervenir desde radiólogos intervencionistas, cirujanos pediátricos, cardiólogos o neurólogos para una evaluación de una patología fetal, por ponerte un ejemplo. Hay muy pocas patologías que no podamos tratar aquí y precisen de ser derivadas a otros hospitales.

-¿Y cuáles son?

-La cirugía fetal intrauterina, especialidad en la que tan solo hay tres hospitales de referencia en todo el país.

-¿Dónde están y a qué lugar se deriva a las pacientes baleares?

-Están en Madrid y en Barcelona. Nosotros trabajamos con el Vall d'Hebron de esta última ciudad. Y no porque yo proceda de este hospital, sino porque tradicionalmente hemos colaborado con él garantizando una continuidad asistencial. El paciente empieza a ser tratado aquí, es derivado a Barcelona para la intervención o la actuación que haya que realizar y luego regresa para hacerle el seguimiento y el control.

-¿Con cuántos ginecólogos cuenta en su servicio?

-Somos treinta y uno contándome a mi, que también trabajo (risas).

-¿Necesita más personal?

-Si puedo pedir más, lo haré. Pero mi principal preocupación en estos momentos, mi mayor reto, es optimizar el trabajo y los recursos con los que contamos organizándonos un poco mejor. Una vez hecho esto, habrá que ver en qué áreas es necesario que crezcamos en los próximos años, algo sobre lo que ya me he hecho una idea. También hay que dar más valor al trabajo que realizan en nuestro servicio las enfermeras y las comadronas.

-¿Por qué?

-Porque es un trabajo clave. En el campo asistencial ginecológico, muchas tareas que hacen los médicos pueden hacerlas mejor las enfermeras y las comadronas. De forma mucho más próxima y cálida para las pacientes. Ten en cuenta que una mujer embarazada no es una mujer enferma. Está sana y puede ser atendida mejor por enfermeras y comadronas.

-Antes ha dicho que ya tenía identificadas las áreas de su servicio en las que será necesario crecer en un futuro. ¿Cuáles son?

-En primer lugar, en la medicina fetal, en el manejo de la patología fetal. Debemos acostumbrarnos a tratar al feto y a la placenta como a un paciente más. También deberíamos crear un área de observación para las patologías más graves, una especie de unidad de cuidados intensivos para embarazadas. Una zona donde la atención se realice de forma más intensiva.

-¿Algún otro campo de mejora?

-Sí. Habría que mejorar el trato que damos a las mujeres que no vienen con embarazos de riesgo, no hay que olvidar que representa un momento único en su vida. Por eso el parto debería realizarse de forma respetuosa e individualizada para cada mujer que viene aquí. Y también deberíamos poder ofrecer alternativas a las pacientes que no quieren un parto medicalizado.

-¿Se ha declarado objetor de conciencia para realizar interrupciones voluntarias del embarazo?

-No.

-¿Qué porcentaje de abortos se realizan hoy en día en la sanidad pública y cuántos se derivan a las clínicas privadas?

-No lo sé. Te puedo decir que los abortos farmacológicos los realizamos nosotros y que las interrupciones voluntarias de un embarazo no deseado en las primeras 14 semanas los derivamos a las clínicas privadas. De los embarazos con problemas que requieren ser interrumpidos también nos ocupamos nosotros.

-¿Es cierto que se está dando un adelanto generalizado de las primeras menstruaciones?

-Sí, la menarquia (la primera regla de una mujer) se está adelantando de forma progresiva en todo el mundo. Y esto contrasta con la menopausia, que se produce a los 50 años de forma homogénea, con una variación de más dos o menos dos años, en todo el mundo y durante toda la historia de la humanidad.

-¿Y por qué se están adelantando las reglas de las adolescentes?

-El factor más importante es porque ha mejorado la alimentación.

-¿Qué otros factores influyen?

-La temperatura. Es habitual que en las latitudes más cálidas a las jóvenes les venga la regla antes, El famoso calentamiento global también está ayudando un poco.

-¿A qué edad llega hoy en día la primera menstruación?

-El último estudio realizado en cuatro provincias españolas sitúa la primera regla entre los trece y los dieciséis años.

-¿Y antes cuándo se producía?

-Entre los 14 y los 17 años, uno más tarde.

-¿Afecta este adelanto más a alguna adolescente en concreto?

-Sí, sobre todo a las niñas con obesidad o sobrepeso, problemática actual que también ayuda a este adelanto de la primera menstruación.

-¿Por qué?

-De la misma manera que las niñas con anorexia no menstrúan, cuando una tiene sobrepeso se desarrolla más y le viene la regla antes. Le crecen antes los pechos y el vello púbico y, por ello, aumenta también el riesgo de que desarrollen en su edad adulta un cáncer de mama.

-¿...?

-Sí, la menarquia precoz provoca que las mamas se vean expuestas durante más años a la menstruación y a la influencia de las hormonas femeninas.

-¿Cuántos partos realizan en Son Espases

-Unos mil ochocientos.

-¿Cuántos de ellos son naturales?

-No lo sé, no tenemos registros pese a que disponemos de esa información en los ordenadores. Ese es otro de los aspectos que debemos mejorar. La paciente debe poder decidir si quiere alumbrar con todo el dolor o sin nada de dolor gracias a la epidural. Hoy en día tenemos otras alternativas intermedias.

-¿Cuáles?

-Hay medidas físicas y farmacológicas. Entre las primeras está la del balón en la que, mediante una bola de gimnasio enorme, la mujer puede atenuar la sensación dolorosa sentándose encima y realizando unos movimientos laterales de la cadera con los que mengua el dolor y se favorece la progresión del parto.

-¿Y las farmacológicas?

-Podemos usar el entonox, un óxido nitroso que actúa como analgésico de corta duración. La paciente lo aspira y mientras lo exhala le quita el dolor. Aunque tiene una vida muy corta, puede permitir el alumbramiento sin necesidad de poner la epidural. Es un paso más para desmedicalizar un proceso natural como es el parto.

-¿Qué peligros entraña ponerse una epidural?

-Como con todos los fármacos, con la epidural no existe el riesgo cero. Pero es extremadamente raro que una epidural provoque alguna complicación más allá de un dolor de cabeza.

-¿Considera que realizar una cesárea durante un parto es un fracaso?

-No, no es un fracaso, es una alternativa ante situaciones en las que hay un riesgo para el bebé o para la madre. Soy de la opinión de que las cesáreas deben ser las necesarias.

-¿Cuántas se hacen cada año en su servicio?

-En torno a un 30% del total de los partos. Es una cantidad que se me antoja demasiado alta. La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que el número óptimo debe situarse entre el 15% y el 30%. Aquí tenemos margen de mejora.