“¡Urdangarin suelta el botín!”. Más de una decena de personas ha recibido al cuñado del Rey a gritos a su llegada a la Audiencia de Palma hoy al mediodía. El exduque de Palma ha bajado del coche con el rostro desencajado y la mirada perdida. Ha entrado directo en el Palacio de Justicia junto con su abogado, Mario Pascual Vives, para recoger el mandamiento de prisión tras la sentencia del Tribunal Supremo por el caso Nóos.

Nada más apearse del vehículo, un Nissan Juke gris oscuro, el mismo modelo que utilizó hace un año, en febrero de 2017, cuando compareció en la Audiencia Provincial durante la vistilla de medidas cautelares, Iñaki Urdangarin ha sido abucheado. “¡Ladrón, chorizo!”, le han gritado a escasos metros. “Los borbones a los tiburones”, han seguido los chillidos.

El marido de la infanta Cristina, muy pálido y cariacontecido, no se ha detenido. Le han bastado cuatro zancadas para llegar al umbral del Palacio de Justicia. Una vez en las dependencias de la sección primera, le han entregado el mandamiento para entrar en la cárcel y le han dado un periodo de cinco días. El exduque de Palma podrá volver a Ginebra y tiene tiempo hasta el lunes para regresar a España e ingresar en un centro penitenciario.

A los doce minutos, Urdangarin ha salido de la Audiencia Provincial. Afuera, le esperaba el coche. De nuevo, se han repetido los abucheos. “¡Ladrón a prisión!, ¡Iñaki ya basta, devuélvenos la pasta!”, le han gritado. El cuñado del Rey se ha introducido rápidamente en la parte trasera del automóvil. Detrás, le seguía su abogado defensor.

Entre las personas concentradas en la plaza del Mercat, además de un centenar de periodistas y una treintena de policías, decenas de curiosos contemplaban el despliegue mediático. Los agentes han acotado una zona para el público que se iba congregando a lo largo de la mañana. Dos hombres enfundados en sendas banderas republicanas iban y venían. Los turistas hacían fotos con sus teléfonos y la Policía Local de Palma regulaba el tráfico.

A medida que pasaban las horas, se ha ido reuniendo más gente a las puertas de la Audiencia. El momento álgido ha sido a las doce y cuarto del mediodía cuando el esposo de la infanta Cristina ha aparecido.

Tres horas antes, prácticamente a las nueve en punto de la mañana, ha llegado su exsocio del Instituto Nóos, Diego Torres, flanqueado por su abogado Manuel González Peeters. Torres, con gesto de preocupación, ha salido de un coche y se ha introducido en la Audiencia. Ha sido el más madrugador. Media hora más tarde, ha abandonado la sede judicial en un taxi que le esperaba en el exterior. Su letrado se ha despedido de los periodistas con un “hasta luego”. Le han dado un plazo de cinco días también para ingresar en prisión.

Diego Torres ha estado a punto de coincidir cuando entraba en el Palacio de Justicia con la presidenta del tribunal que le juzgó a principios de 2016, Samantha Romero, la magistrada ponente de la primera sentencia del caso Nóos, que ha sido confirmada ahora en líneas generales por el Supremo. La jueza ha llegado a primeras horas de la mañana. Una hora antes, sobre las ocho de la mañana, otra magistrada que formó sala en el macrojuicio, Rocío Martín, llegaba a la Audiencia.

Jaume Matas no ha comparecido ante la sección primera, ya que ha ingresado de forma voluntaria en la cárcel de Aranjuez. Uno de sus letrados ha presentado hoy un escrito comunicando su decisión de entrar en la prisión de forma voluntaria.