Hace 40 años cualquier aficionado al buceo podía localizar una nacra en el litoral rocoso de Mallorca sin el menor esfuerzo. Hoy ese privilegio es imposible. La especie está en serio peligro de extinción peligro de extincióny solo quedan tres ejemplares localizados en aguas de Mallorca.

Precisamente, y por la delicada situación por la que atraviesa la especie en el Mediterráno, la conselleria de Medio Ambiente, en colaboración con el Centro Oceanográfico de Baleares del Instituto Español de Oceanografía, ha trasladado dos ejemplares de nacra (Pinna nobilis), desde Cala Blava hasta una zona de reserva integral dentro del Parque Nacional de Cabrera. Se trata de dos de los tres únicos ejemplares vivos en el medio natural de los cuales se tiene constancia en Mallorca.

La nacra sufre actualmente un proceso de práctica extinción en aguas del Mediterráneo occidental, iniciado a final de 2016 y que prácticamente ha erradicado la totalidad de las poblaciones en el Mediterráneo español, a excepción de las de la costa catalana, que hasta ahora ha resistido, aunque los datos apuntan que el proceso será similar al que han sufrido en el resto de las costas en un plazo breve.

En el caso de Mallorca, tan sólo se tenían localizados cinco individuos supervivientes y, por lo tanto, aparentemente resistentes a la enfermedad: uno en el Parque Nacional de Cabrera, otro en la Colònia de Sant Jordi, otro en Portopetro y dos en Cala Blava.

Hace unas semanas, después de una reunión de coordinación con expertos de la materia del IEO, la UIB, el IMEDEA y la conselleria de Medio Ambiente, se decidió que la opción del traslado de todos los ejemplares a un mismo punto podría ser la única alternativa para favorecer la reproducción y protección de estos ejemplares. El lugar más adecuado es sin duda el Parque Nacional de Cabrera donde, además, se dispone de estudios científicos previos.

Aunque eso no garantiza la supervivencia y reproducción, la ubicación a una zona controlada de reserva sin acceso público reduce las amenazas en estos ejemplares. No obstante, las amenazas naturales, empezando por la enfermedad propia y la presencia de depredadores, son parte de un escenario que no se puede controlar al 100%.

De hecho, el ejemplo de uno de los ejemplares, el de la Colònia de Sant Jordi, que se perdió antes de ser trasplantado, posiblemente por el ataque de un pulpo, proporciona una experiencia previa, estiman los especialistas. Por eso, se ha previsto instalar protectores individualizados en Cabrera contra depredadores. De esta modo, se hace hizo el traslado de los dos ejemplares de Cala Blava al Parque Nacional.

Las tareas de extracción y reubicación las llevó a cabo personal experto del Oceanográfico. Para el operativo dispusieron de dos embarcaciones del Govern y sus tripulaciones, un neumática de la reserva marina que realizó el traslado desde Cala Blava y otra del Parque Nacional, que dio apoyo al resto de la operación a Cabrera. Parte del material para el traslado fue aportado desde la Fundación Palma Aquarium.

De esta manera los tres individuos que hasta el momento sobreviven se encuentran ahora en el Parque Nacional, donde las esperanzas de supervivencia son mayores de las que se tienen en zonas con fuerte presencia humana en los meses de verano. No hay que olvidar que los individuos trasladados se encontraban, además, a poca profundidad, lo cual los hacía muy vulnerables. Los ejemplares desplazados habían sido localizados por un particular.