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Salud

Un 12% de los adultos con hígado graso puede acabar con una cirrosis o un cáncer

"Bájate tres paradas antes de llegar a tu destino", recomienda la doctora Àngels Vilella. Diario de mallorca

Se estima que la enfermedad hepática por hígado graso, que hoy celebra su primer día internacional, podría afectar al 12% de la población global adulta, dato que es perfectamente extrapolable a Balears, revela la digestóloga de Son Llàtzer Àngels Vilella, especialista que eleva al 25% el porcentaje poblacional de personas adultas que pueden llegar a acumular grasa en su hígado.

"Pero tan solo a la mitad de ellas esta grasa les puede provocar problemas de inflamación hepática con un riesgo de que se cronifique y acabar desarrollando enfermedades más graves como una cirrosis o un cáncer de hígado", diferencia la especialista.

Preguntada sobre qué provoca esta acumulación no deseada de grasa en el hígado, la doctora Vilella detalla que "se relaciona básicamente con la obesidad y la diabetes y con las alteraciones del colesterol y los triglicéridos". Estos factores de riesgo sitúan a los diabéticos de tipo II (aquellos que desarrollan esta enfermedad metabólica a edad avanzada y que se trata con medicación por vía oral y unos hábitos más saludables) como la población en mayor riesgo de padecer esta enfermedad.

La especialista en aparato digestivo del hospital de Migjorn recalca que la acumulación de grasa en el hígado por causas diferentes al consumo de alcohol se produce por el "estilo de vida, el sedentarismo, por una alimentación poco saludable rica en grasas y azúcares... Pero la causa última por la que esta acumulación puede llegar a provocar inflamaciones hepáticas peligrosas se desconoce", admite Àngels Vilella.

Genética o microbiota intestinal

Se barajan varias causas que podrían estar detrás de estas inflamaciones hepáticas, entre ellas las genéticas o por algún déficit en la microbiota intestinal ( conjunto de bacterias que viven en el intestino), enumera la especialista recalcando que se trata de una esteatohepatitis no alcohólica (acumulación de grasa no provocada por la ingesta de alcohol).

Vilella explica que esta grasa acumulada puede acabar provocando en sus casos más graves cicatrices en el hígado (fibrosis) y que cuando estas proliferan por todo el órgano provocando que este no pueda cumplir su función biológica nos encontramos ante una cirrosis, enfermedad de carácter más grave normalmente más asociada al consumo de alcohol, a enfermedades víricas, a la interacción de algunos fármacos o a enfermedades metabólicas.

Sobre el enfoque terapéutico para tratar esta enfermedad, esta especialista habla de que resulta básico mejorar la alimentación: "Hay muchos fármacos en el mercado que han demostrado su eficacia a la hora de parar la fibrosis en el hígado, pero para evitar consecuencias negativas cuando tienes grasa en el hígado se tiene la certeza de que solo funciona una mejora en la dieta, perder peso y hacer ejercicio".

Solo uno de cada diez lo consigue

"Tan solo rebajando un diez por ciento de su peso, desaparece la grasa en el hígado del paciente y mejora su fibrosis (cicatrices hepáticas)", recalca esta especialista para lamentar a continuación que tan solo uno de cada diez pacientes con esta problemática consigue reducir su masa corporal en este porcentaje.

"Con tan solo un año siguiendo una dieta mejor y realizando ejercicio físico de acuerdo a tus posibilidades, la grasa hepática se resuelve en el cien por cien de los casos", recalca la digestóloga revelando que en Estados Unidos los problemas hepáticos por esta acumulación de grasa han tomado el relevo, y superado, a los causados por enfermedades víricas.

"Ya tenemos fármacos que curan la hepatitis C y medicamentos que permiten tener controlada la hepatitis B", destaca la doctora Vilella, que revela que, en tres meses de trabajo en una consulta general de digestivo en Son Llàtzer, el 15% de los pacientes que pasaron por ella tenían el hígado graso. Esta circunstancia ha hecho que en el hospital que atiende al sector de Migjorn de Mallorca se haya creado una consulta específica para atender esta patología que lleva la doctora Raquel Latorre.

Una consulta que ha establecido protocolos de actuación para intentar convencer a los pacientes de que el único tratamiento pasa por adelgazar, comer mejor y hacer más ejercicio.

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