"No vamos a pasar hambre, pero se han acabado los constantes récords que durante los últimos años se han registrado en Balears en materia turística", afirma un empresario del sector comercial, una opinión respaldada por representantes de otras actividades, que pronostican un cambio de tendencia. Incluso se bromea apuntando que algunos podrán aprovechar este hecho para culpar a la salida del PP del Gobierno central y a la llegada de un presidente socialista. Pero hay una apuesta compartida: el balance de este año no va a ser mejor que el de 2017.

En cualquier caso, no se oculta que la actividad turística va a seguir siendo lo suficientemente intensa durante la temporada alta que ahora se inicia como para asegurar unos buenos ingresos. El temor se centra en que una reducción de éstos haga que la 'travesía por el desierto' que se registra en invierno por la caída del consumo se haga aún más dura.

Un estudio elaborado hace pocos meses por la Dirección General de Empleo y Economía del Govern y adelantado por Diario de Mallorca el pasado mes de marzo desveló que los hoteleros de Balears habían logrado elevar sus precios entre 2011 y 2017 un 53,1% de la mano de las inversiones realizadas por el sector para modernizar y elevar la categoría de sus establecimientos. Ningún otra autonomía ha alcanzado una revalorización semejante, y basta señalar que el segundo lugar corresponde a Canarias, con un alza del 37,5%. La media española es del 25,9%, es decir, la mitad de la balear.

Pero este mismo informe pone de relieve que este encarecimiento se ha conseguido sin perder un solo turista, a la vista de los constantes crecimientos que se han dado en las cifras de visitantes durante el citado periodo.

El argumento esgrimido en estos momentos por los empresarios de comercio, restauración y ocio nocturno es que lo que no está mejorando es la calidad del cliente, cuyo poder adquisitivo se mantiene en niveles constantes salvo excepciones puntuales (los hoteles boutique de Palma), a lo que se suma la pérdida de una parte de los que se alojaban en pisos de alquiler.