Con tantos ministros y ministras como comunidades autónomas, Balears no ha logrado cargos de primer rango en el gabinete de Pedro Sánchez. Tampoco se esperaba. Aquí el peso y la afinidad política no pasan de la simpatía y la sonrisa mientras otros se quedan con la parte ejecutiva sustancial que ha provocado el cambio de Gobierno.
Balears se conforma con designaciones de consolación mientras se deshoja la asignación de la Secretaría General de Turismo, un cargo al que siempre aspiran los políticos de estas islas, sea cual sea el color del gabinete, amparándose en el peso de la primera industria balear.
De momento sabemos que la catedrática de la UIB, Carmen Orte, será la directora general del Imsersoy que el colaborador de este diario, Paco Tomás se integrará en el gabinete de asesores del ministro de Cultura, Màxim Huerta. La presidenta Armengol ha dicho que espera en la Delegación de Gobierno a una persona capaz de defender los intereses de Balears. De entrada, lo seguro es que ella, con el vuelco dado en Madrid, deberá modificar su estrategia con la oposición que le plantea el PP en el Parlament. Los conservadores también modificarán el chip, pero en sentido inverso, claro.
La sintonía entre Armengol y Sánchez, para tender contenido, deberá concretarse en nombres y apellidos y sobre todo, hechos. La presidenta de Balears ha indicado que no piensa rebajar los niveles de exigencia del Régimen Especial para Balears. Es una cuestión recurrente por sustancial y por permanecer en permanente espera o modificación. Sería inaceptable que los avances alcanzados con el Gobierno Rajoy quedaran estancados con Pedro Sánchez. La continuidad de los Presupuestos da un cierto alivio, pero nada es descartable en un gabinete plagado de compromisos y controles.
Habrá que ver también cómo se concreta el apoyo expresado a las kellys por la ministra de Industria y Turismo, Reyes Maroto. Ha dicho conocer la realidad de estas trabajadoras, punto de partida inevitable para mejorar sus condiciones laborales.
