La fiscalía Anticorrupción no se conforma con la primera sentencia condenatoria, por un delito de tenencia ilícita de armas, contra el empresario Bartolomé Cursach. Por este motivo, la sentencia dictada por el juez Eduardo Calderón, aunque sea condenatoria, ha sido recurrida ante la Audiencia de Palma. La acusación pretende que se le aumente la pena hasta los 18 meses de prisión, que sería la misma condena que el fiscal Miguel Ángel Subirán solicitó

La sentencia condenatoria no solo ha sido recurrida por la acusación, sino también por la defensa. Por este motivo, la sentencia no es firme y no lo será hasta que el tribunal de la Audiencia de Palma revise el caso y dicte una nueva sentencia. La primera condena que se ha dictado contra el empresario es de ocho meses de prisión. Se le ha declarado culpable de un delito de tenencia ilícita de armas. Bajo su cama, en un registro que realizó la Policía el día de su detención, se localizó una carabina de la marca Winchester, fabricada en Estados Unidos. El arma estaba escondida bajo el colchón del dormitorio principal del domicilio.

Aunque fue el propio empresario quien señaló el lugar exacto donde tenía escondida la carabina, antes la Policía había encontrado la munición, repartida por varios cajones de un mueble. Ante este hallazgo, se le preguntó si guardaba algún tipo de arma y el empresario confesó que tenía una bajo la cama donde dormía. La carabina estaba preparada para disparar.

Cursach, en su defensa, señaló que el arma no era suya, si bien es cierto que llevaba más de ocho años escondida bajo su cama. Explicó que la carabina era de un amigo suyo, ya fallecido, que solía utilizar una parte de su finca para cazar. Cuando este amigo suyo falleció, según su declaración, su familia recogió todas sus pertenencias. Sin embargo, se dejó olvidada la escopeta. En vez de devolverla a la familia de su amigo o de entregarla a la Guardia Civil, optó por quedársela y guardarla en un lugar secreto, aunque no tenía documentos que demostraran la procedencia del Winchester, ni tampoco licencia alguna que le autorizara al uso de armas.

Esta carabina no figura en ningún registro oficial de la Guardia Civil. Por tanto, había sido introducida ilegalmente en España. Y la fiscalía lo que pretende con este recurso es que a Cursach no solo se le condene por la tenencia ilícita de la escopeta, sino también por la introducción ilegal en España, lo que supondría una condena más elevada.

Esta semana contra Cursach, además de esta primera condena, también se ha dictado una resolución en la que se le acusa de haber injuriado al juez Penalva al llamarle por tres veces "subnormal". Esta frase, negada por el empresario, se pronunció en el juzgado de instrucción número 12 y fue escuchada por dos funcionarias. La jueza entiende que existen razones suficientes para que se siente en el banquillo acusado de un delito de injurias a un funcionario.