Los dueños de Cárnicas y Supermercados Luis, una empresa de Santa Ponça investigada por delitos contra los derechos de los trabajadores, falsedad documental, estafa y contra la salud pública, se acogieron ayer a su derecho a no declarar ante el juez Juan Ignacio Lope Sola. El magistrado ha requerido numerosa documentación a la conselleria de Salud del Govern y citará, en calidad de testigos, a empleados o antiguos trabajadores de la distribuidora y vendedora de alimentos y bebidas al por menor, inspectores de la conselleria de Salud y clientes.

El juez citó ayer, en calidad de investigados, al padre y sus cuatro hijos que figuran como propietarios y responsables del negocio, que lleva funcionando desde hace 40 años y tiene una importante cartera de clientes, entre ellos restaurantes y hoteles de lujo.

Acusaciones

Los cinco investigados, defendidos por el abogado Eugenio Alarcón Tauste, optaron ayer por guardar silencio ante el instructor y tampoco quisieron hacer ninguna declaración a los periodistas.

Ayer compareció ante el juez el letrado Santiago Fiol, como acusador popular en nombre de la Asociación de Distribuidores Alimenticios de Balears.

Las acusaciones que pesan sobre los cinco investigados son muy graves y, según fuentes de la investigación, los inspectores de Salud y los agentes de la UCRIF de la Policía inmovilizaron, en varias visitas a la empresa, más de 2.000 kilos de carne en mal estado, con alguna partida caducada desde 2016.

Entre las supuestas anomalías descubiertas en Cárnicas Luis destacan "la elaboración y distribución de productos careciendo de autorización, como carne despiezada y hamburguesas"; el hallazgo de "gran cantidad de productos caducados y carne fresca y congelada sin ningún tipo de etiqueta" y el almacenamiento "de productos con etiquetas de proveedor eliminadas" y su sustitución "por etiqueta propia con fechas y registros supuestamente falsificados".

Algunos trabajadores han desvelado la existencia de serias deficiencias higiénicas en la distribuidora, algo que ésta rechaza.

Negocio abierto

La empresa no ha querido facilitar su versión sobre los hechos y las inspecciones y únicamente emitió una nota dirigida a sus clientes y proveedores.

Según este comunicado, las desviaciones detectadas en las cinco inspecciones de Salud del pasado diciembre fueron subsanadas y corregidas, antes de la visita de la Policía a sus naves.

Cárnicas Luis ha resaltado que, pese a esas seis actuaciones de la Administración, su actividad no se ha paralizado, trabajo que ha continuado también tras un incendio ocurrido en su local de Son Bugadelles el pasado domingo y que no afectó a la sección de cárnicos.

La distribuidora aseguró también en su comunicado que había "incrementado de forma notable todos y cada uno de los controles de calidad" y mejorado "la trazabilidad de los productos".

Cárnicas Luis sostiene que ha conseguido "un nivel de excelencia que muchísimas empresas del sector no poseen".

Por otro lado, la siguiente fase de las pesquisas va a ser el interrogatorio de los empleados y antiguos trabajadores, que también han denunciado unas condiciones laborales draconianas.

Entre estos supuestos abusos destacarían jornadas laborales de 84 horas a la semana con salarios de entre 1.000 y 1.200 euros, "sin derecho a pagas extras, sin vacaciones o con vacaciones limitadas".

También serán citados los inspectores de la conselleria de Salud, que todavía no se ha personado en la causa, así como clientes a los que se les habría engañado con la calidad de la carne.