El Obispado de Mallorca envió, el pasado 17 de mayo y mediante un burofax, un nuevo requerimiento a las monjas Jerónimas para que le entregue las llaves del monasterio palmesano de Sant Jeroni, un inmueble cuya propiedad se atribuyen las dos partes. De forma paralela, la orden religiosa, representada por Pilar Rosselló, no ha desistido de demandar a la Diócesis para recuperar la propiedad del convento que lleva varios años deshabitado.

El nuevo requerimiento obedece a que el Ayuntamiento ha anunciado al Obispado la imposición de una multa por no haber ejecutado unas obras para evitar el deterioro de Sant Jeroni. Cort sostiene que la Diócesis figura como titular del inmueble y a él le corresponde ejecutar esos trabajos. Desde la Iglesia se replica que sin las llaves (la posesión) del convento no se pueden hacer las obras.

Por el contrario, las monjas sostienen que nunca se ha descuidado el mantenimiento del monasterio, tanto de los edificios como del claustro y jardines, y también se han realizado los trabajos de reparación necesarios. Las obras de arte del recinto sacro también están debidamente protegidas y custodiadas y la Orden está en contacto con las autoridades de Patrimonio para velar por esos bienes.

Discutir la propiedad

A finales de septiembre del año pasado, la sección quinta de la Audiencia desestimó una demanda de las Religiosas Jerónimas de Santa Isabel contra el Obispado sobre la inmatriculación (registro) de Sant Jeroni a nombre del segundo.

El tribunal declaró que no había entrado a fondo sobre si el convento pertenecía a las Jerónimas o la Diócesis, algo que se tenía que haber planteado en una acción declarativa de dominio, demanda que las religiosas piensan poner en breve.

La letrada Pilar Rosselló lleva meses, por encargo de las religiosas, trabajando en esta demanda.

Lo que se discutirá en el nuevo pleito será la propiedad de Sant Jeroni, que las Jerónimas afirman haber habitado, en régimen de clausura, desde el 28 de agosto de 1845.

Según el Obispado, representado por Raimundo Zaforteza, todos los monasterios de España fueron extinguidos y disueltos en los procesos desamortizadores desarrollados en España entre 1837 y 1855.

La Diócesis sostiene también que es propietaria del monasterio en virtud del Convenio de 30 de noviembre de 1965 entre el Estado y el Obispado, acuerdo que afectó a otros bienes. El hecho de que en el Catastro figurasen a nombre de las Jerónimas las fincas que integran el monasterio no era motivo para inmatricularlas a su nombre, según la Audiencia.

Varios meses sin contactos entre las dos partes

Obispado de Mallorca y las Religiosas Jerónimas del Monasterio de Santa Isabel de Palma llevan meses sin mantener contacto, según fuentes de ambas partes. Esta falta de comunicación ha llevado a que la Diócesis haya echado mano a los burofaxes para requerir a las monjas, que trasladaron hace años su residencia al convento de Inca, que le faciliten las llaves de Sant Jeroni.

Las religiosas entienden que no tienen que entregar la posesión, porque el monasterio es suyo desde tiempo inmemorial.

Según consta en la sentencia de la Audiencia de Palma de 27 de septiembre del año pasado, las Jerónimas tenían intención de vender el recinto, cediendo la iglesia al Obispado y del producto de la enajenación la mitad iría para Cáritas y el otro 50 por ciento para mejorar otros monasterios de la Orden.

Las religiosas acusaron al Obispado de actuar con mala fe, abuso del derecho y fraude de ley al inmatricular el convento.