Los frailes de Lluc condenan por primera vez los abusos, denunciados por dos antiguos blauets, del exprior del monasterio Antoni Vallespir. Después de la nueva denuncia contra el párroco por corrupción de menores, la Congregación de los Misioneros de los Sagrats Cors ha emitido un contundente comunicado en el que manifiesta su "condena sin paliativos" a los hechos relatados, así como su "solidaridad" con las víctimas.

En la nota, emitida después de la que dos exblauets hayan vuelto a acusar al exprior del santuario, el sacerdote Antoni Vallespir, de darles alcohol, tabaco y dejarles ver pornografía en el ordenador de su despachoarles alcohol, tabaco y dejarles ver pornografía en el ordenador de su despacho, la congregación religiosa responsable del santuario expresa "su condena sin paliativos a cualquier acción de esta naturaleza que pudiera dañar de cualquier modo a un menor". Aunque recuerda "la presunción de inocencia mientras los tribunales no se pronuncien" manifiesta su "decidida intención de colaborar" con la Justicia.

Los frailes también trasladan "su apoyo, cercanía y solidaridad con cualquier persona que, concluido el procedimiento judicial, pudiera ser identificada como víctima" en el que ya es el tercer caso en el que se ve implicado el exprior del santuario de Lluc después de que otro exblauet, ahora de 38 años, le denunciara en marzo de 2015 por abusos sexuales en los años 90 y de que continúe abierta una segunda causa por presuntos abusos a otro menor de ocho añossegunda causa por presuntos abusos a otro menor de ocho años, más recientemente.

En este nuevo caso, por el que ya se ha solicitado imputar al párroco, los perjudicados, que son mayores de edad, han declarado que ellos tenían 14 y 15 años y el entonces prior les daba todo tipo de alcohol y les dejaba ver pornografía en su despacho. Después, los adolescentes debían masturbarse cada uno ante la presencia del cura.

La Iglesia de Mallorca apartó definitivamente a Vallespir tras conceder veracidad a la primera denuncia archivada por la justicia civil. El Tribunal Eclesiástico de Mallorca le declaró culpable de pederastia y le prohibió ejercer el sacerdocio en público de manera permanente, así como el contacto con menores de edad en funciones pastorales. Vallespir ha recurrido ante el Vaticano, ya que mantiene que es inocente.