Primera condena contra Bartolomé Cursach. El juez Eduardo Calderón, del juzgado de lo penal número 7 de Palma, le ha declarado culpable de un delito de tenencia ilícita de armas, como consecuencia de la carabina que la Policía encontró bajo la cama de su domicilio el día que se le detuvo, durante el registro de su domicilio. En la sentencia también se le priva del derecho a la tenencia y porte de armas durante tres años.

El juez le impone una pena inferior a la que reclamaba el fiscal, dado que no aplica la agravante por la entrada ilegal del arma en España, ya que no consta quien la introdujo en el país.

Cursach, que no tenía licencia de armas, ni documentos que demostrara la propiedad de la carabina winchester, fue juzgado el pasado día 15 de marzo. Era la primera vez que se sentaba en el banquillo de los acusados tras haber sido detenido y enviado a prisión a principios del año pasado. El arma que tenía bajo la cama era un modelo winchester, fabricado en EE.UU, cuya entrada en España no estaba registrada por las autoridades. Además, repartidos por sus dos domicilios disponía de más de 400 balas para ser disparadas por esta arma.

El empresario, que salió de prisión hace más de un mes tras el pago de una fianza de un millón de euros, que consiguió en un tiempo récord, señaló que el arma no era suya y que pertenecía a un amigo suyo, ya fallecido. Reconoció que la carabina estaba guardada bajo su cama desde hacía unos ocho armas,aunque nunca la utilizó.

Señaló que en una ocasión, hace años, había obtenido una licencia de armas, aunque la dejó caducar. Precisamente la defensa utilizó este documento caducado para oponerse a la acusación. También cuestionó la legalidad del registro, ya que fue Cursach quien indicó donde estaba el arma y esta confesión la hizo sin presencia de un abogado , por lo que entendía que no se podía tener en cuenta. El juez Calderón rechaza este argumento de defensa y considera que Cursach conocía que guardaba ilegalmente un arma de fuego.

El magistrado ha decretado el comiso del arma y de toda la munición. La sentencia no es firme y puede ser recurrida. Cursach tiene pendiente otros procesos judiciales.