En Balears hay 12.700 personas que cuentan con un puesto de trabajo pero que buscan un nuevo empleo, sobre todo para mejorar sus actuales condiciones laborales o para encontrar una ocupación más adaptada a su formación, según los datos facilitados por el Instituto Nacional de Estadística a través de su encuesta de población activa. Pero lo que resulta especialmente relevante es que en 2013 este colectivo agrupaba a 31.600 personas, lo que significa que en solo cuatro años, coincidentes con la fuerte reactivación de la actividad turística que se ha dado en el archipiélago, el número de empleados en busca de una nueva ocupación se ha reducido en más de la mitad.

Hay un aspecto especialmente significativo. Este fuerte recorte entre los asalariados más insatisfechos con su empleo actual es especialmente acentuado entre las mujeres. Mientras que en el plazo de cuatro años la cifra de ocupados varones en busca de un nuevo trabajo ha pasado de 13.700 a 6.700, es decir, se ha rebajado a la mitad, en el caso de las mujeres ha bajado de 17.900 a 6.000 al cierre de 2017, o lo que es lo mismo, ahora es solo un tercio de la que existía en 2013.

En este último caso, hay que tener en cuenta que el colectivo femenino fue durante los años más duros de la crisis el más afectado por la precarización laboral, especialmente por la imposición de contratos a tiempo parcial, según señalan la secretaria de Acción Sindical de UGT en las islas, Ana Landero; y la responsable de Empleo de CCOO-Balears, Yolanda Calvo. Y ese es precisamente el problema que más se ha visto reducido durante los últimos años.

La mejoría en materia de satisfacción de los asalariados con su actual ocupación está siendo tan intensa que el número de 12.700 ocupados que aspiran a encontrar un nuevo trabajo es inferior incluso a la que se daba en 2006 o 2007, es decir, antes de iniciarse la crisis.

A la hora de explicar ese deseo por encontrar otro empleo, 3.600 ocupados esgrimen su pretensión de mejorar las condiciones laborales del actual (con un mayor peso de los hombres en este apartado, con 2.300, frente a las 1.300 mujeres.

La segunda causa esgrimida es la decisión de buscar una ocupación que esté más adaptada a la formación del empleado, con 3.000 personas en esta situación. Solo que aquí hay un cambio radical respecto al motivo anterior: 2.100 son mujeres y 900 son varones, lo que refleja que la sobrecualificación afecta más a las primeras.

El tercer motivo expuesto es la inseguridad en su empleo actual, con 1.000 ocupados en esta situación, y todos ellos varones.

Hay 400 personas que esgrimen que su actual ocupación es provisional, y 4.700 empleados que citan otras causas a la hora de explicar su decisión.

Calvo y Landero no ocultan que el aumento de la actividad económica ha ido acompañado de una mejoría en la calidad del empleo balear, pese a insistir en que es insuficiente. Este impulso favorece que los empleados opten por mantenerse en su ocupación actual.

El avance más positivo, apuntan, se ha dado en la fuerte reducción del tiempo parcial, ayudado por el aumento de las inspecciones impulsado desde la conselleria de Trabajo. Al aumentar la actividad en las empresas, se opta por transformar muchos de estos contratos en jornada completa.

Pese a ello, hay 23.900 asalariados a los que les gustará poder trabajar más horas, ya sea en su empleo actual (8.100), con otro adicional (1.300), en un trabajo diferente (3.700), o en cualquiera de las opciones anteriores. En 2013 esa cifra era de 63.000.

También se está comenzando a dar una mejoría en materia de salarios (más evidente en sectores como la hostelería y el comercio), pero aquí las representantes de UGT y de CCOO subrayan que la riqueza que llega a los trabajadores sigue siendo insuficiente si se compara con los beneficios empresariales.

Otra asignatura pendiente es la de la contratación temporal, que afecta a un número excesivo de trabajadores, según se apunta.