Hasta el año pasado, Cristina Bouzas no sabía quién era Fernando Tarongí Bauzá. Hoy su presente y su futuro está muy ligado al nombre de este chico, un joven licenciado en Farmacia fallecido con 27 años.

Y es que Cristina, alumna del doctorado en Nutrición y Ciencias de los Alimentos, ha sido elegida como la beneficiaria de la Beca Fernando Tarongí, que le permitirá centrarse en tirar adelante su investigación sin tener que preocuparse por nada más (que no es poco) durante los próximos tres años. En total, Cristina recibirá 64.500 euros, 21.500 euros cada año.

Ésa es la cantidad que donó María del Carmen BauzáMaría del Carmen Bauzá, madre de Fernando, el año pasado a la Universitat de les Illes Balears, pactando con la institución la creación de una beca con el nombre de su hijo destinada a ayudar a estudiantes de doctorado cuya investigación se centrara en el ámbito de la farmacología, la química o la bioquímica. ¿Por qué? Porque la gran ilusión de su hijo, licenciado en Farmacia, era dedicarse a la investigación.

La UIB convocó la beca y así hoy Cristina puede cumplir su ilusión y perseguir su vocación investigadora gracias a la determinación de la madre de Fernando por mantener viva su memoria.

La semana pasada Cristina y María del Carmen se conocieron en la Universitat, en un encuentro marcado por la emoción y el agradecimiento y el recuerdo al joven Fernando.

La joven inició sus estudios de doctorado el curso 2015-2016, viéndose obligada a compaginar su investigación con trabajos temporales para poder subsistir. En diciembre del año pasado, trabajaba de dependienta en una tienda y su contrato estaba a punto de expirar cuando la Universitat le notificó que se le había concedido la beca Fernando Tarongí. No podía haber recibido mejores noticias: "Es un antes y un después para mí", asegura, "es bastante duro compaginar la investigación el trabajo, el doctorado requiere dedicación a tiempo completo", explica la joven, que admite que al principio de esta cuesta arriba que es la carrera investigadora sí que tuvo momentos en los que se planteó abandonar: "Sobre todo al principio sí que pensé en dejarlo alguna vez, vives momentos de presión".

Cristina forma parte del grupo de investigación de Nutrición Comunitaria y Estrés Oxidativo (NUCOX) de la UIB y del CIBEROBN (Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición) del Instituto de Salud Carlos III. Su trabajo se centra en los efectos preventivos del estilo de vida mediterráneo ante dolencias cardiovasculares. También investiga el papel que juega la percepción que tiene uno de sí mismo. Los tutores de su tesis son Josep Antoni Tur Marí y Maria del Mar Bibiloni Esteva.

A María del Carmen le interesó mucho el trabajo de la joven becada y se mostró muy contenta con el destino final de su donación: "La idea surgió para que mi hijo siguiera viviendo de cierta manera y estoy muy satisfecha", indicó en el acto que tuvo lugar la semana pasada en la UIB en presencia del rector, Llorenç Huguet. "Tengo una gran alegría de conocer a Cristina y ver lo que hace", aseguró, "y también tengo pena porque él no está, aunque de cierta manera continúa aquí, ya que él quería dedicarse a la investigación ¡y ahora ella se dedica a la investigación!".

La mallorquina indicó que su intención es seguir el trabajo de la joven becada: "Estoy emocionada al pensar que Fernando está contento de ver que su recuerdo sigue vivo, veo a Cristina muy interesada y dispuesta para el trabajo y eso me llena de satisfacción".

Cristina por su parte siente una gran alegría y a la vez "una gran responsabilidad".

Cristina es la persona que mejor valora y más agradece la decisión de María del Carmen Bauzá, que es la protagonista de la mayor donación económica que ha hecho un ciudadano particular para la investigación en al Universitat.

Una donación inédita

En Balears, si las aportaciones de las empresas privadas al I+D+i son las más reducidas del país en comparación con otras comunidades, las de los particulares son casi inexistentes. No hay cultura de donación a la ciencia.

"La investigación aquí es bastante difícil, ha habido muchos recortes y las becas para doctorandos han caído un montón", narra Cristina, "pero este gesto te devuelve la ilusión".

Cristina es la persona que mejor valora la donación de María del Carmen. Y la Universitat es la institución que más lo aprecia, aunque debería ser todo el archipiélago quien lo tuviera bien presente y lo aplaudiese, aunque esta mujer insista en querer mantenerse en un discreto segundo plano: "Lo importante es mantener viva la memoria de Fernando".