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Análisis

Llegan las rebajas del Consell

El Consell ha borrado de un plumazo la saturación en s'Esgleieta, Ruberts, Es Carritxó, Ses Coves de Deià, Ariany, Llombards y Randa. Desde ahora la saturación en esos núcleos será solo una sensación, por lo que el departamento que dirige Mercedes Garrido los entrega a la causa del alquiler vacacional.

Un ejemplo. Ruberts cuenta con un censo de 28 habitantes y 55 plazas vacacionales, según los datos que maneja el propio Consell y que en enero motivaron su calificación de "núcleo de interior con mayor presión turística". Estas cifras justificaban imponer un límite de sesenta días para el alquiler vacacional de viviendas que ahora ha saltado por los aires.

De este modo Ruberts y el resto de localidades que han sufrido las rebajas de Garrido se consolidan como pueblos dormitorio durante todo el año y no solo en verano. Ni siquiera pasan a tener la categoría de "vulnerables", según la neolengua del Consell.

En cambio se endurecen las condiciones en áreas de los municipios de Muro, Llucmajor, Sóller y Marratxí. Ses Casetes des Capellans, en Platja de Muro, será territorio vetado a cualquier tipología de alquiler vacacional. Y s'Arenal de Llucmajor limitará la actividad a los unifamiliares solo 60 días. ¿Qué tienen en común? Una importante presencia hotelera. El Consell ha sabido escuchar a todas las partes implicadas, no solo a Habtur.

Al final de la zonificación quedarán dos tipos de mallorquines: los que se forrarán alquilando sus viviendas y los que nunca podrán acceder a un alquiler asequible, la mayoría. Da igual, pequeños y grandes especuladores han olido la sangre y no van a soltar la presa. ¿Dónde están los pisos que iban a salir al mercado tras la prohibición en Palma? Esperando mejores tiempos.

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