El Consell de Mallorca ya ha enviado su propuesta definitiva de zonificación del alquiler turístico a la Comisión Balear de Medio Ambiente después de estudiar las alegaciones que le han hecho llegar ayuntamientos, particulares y entidades. El nuevo documento es más permisivo con el alquiler vacacional en siete núcleos de interior. Concretamente, deja de considerar saturados s'Esgleieta (Esporles), Ruberts (Sencelles), Es Carritxó (Felanitx) y Ses Coves (Deià), que pasan a llamarse vulnerables. Ariany, Llombards (Santanyí) y Randa (Algaida) dejan de ser considerados vulnerables al rebajar el umbral que separaba los núcleos vulnerables de los no vulnerables, según ha informado este lunes el departamento de Territorio e Infraestructuras de la institución insular. En lo núcleos de interior no vulnerables se permitirán todas las tipologías de alquiler vacacional, mientras que en los considerados vulnerables sólo se permitirán viviendas vacacionales de sesenta días en la vivienda habitual, tanto en unifamiliares como en plurifamiliares. En todos estos casos, por tanto, se relajan los requisitos para poder practicar alquiler vacacional.

Por otro lado, se endurecen las condiciones para comercializar turísticamente las viviendas en los municipios de Muro, Llucmajor, Sóller y Marratxí. En el caso de s'Arenal de Llucmajor, a propuesta del Ayuntamiento, solamente se permitirá el alquiler turístico en viviendas unifamiliares un máximo de sesenta días. En el centro histórico del Port de Sóller se restringirá el alquiler vacacional en las viviendas habituales con un máximo de sesenta días. En Platges de Muro la comercialización turística estará prohibida en las viviendas plurifamiliares, mientras que ses Casetes dels Capellans pasa a ser zona de exclusión, por lo que el alquiler turístico queda allí prohibido. En el caso de Marratxí, también a propuesta municipal, el alquiler turístico quedará restringido en el caso de las viviendas plurifamiliares a sesenta días, mientras que las unifamiliares podrán alquilar todo el año.

La Comisión Balear de Medio Ambiente, que preside Antoni Alorda, tiene ahora un mes para emitir su informe respecto de la propuesta enviada por el departamento que dirige Mercedes Garrido. El documento definitivo tendrá que aprobarse por el pleno del Consell, fecha en que finaliza la moratoria de un año impuesta para elaborar la zonificación.