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Las pequeñas empresas de transporte se alían para evitar su desaparición

Las firmas isleñas pactan uniones con compañías de la península con el fin de aspirar a alguna de las tres concesiones del regular en Mallorca - El sector cree difícil evitar que algún transportista se vea obligado a cerrar

Las pequeñas empresas de transporte se alían para evitar su desaparición

Las pequeñas empresas de transporte de Mallorca han abierto una estrategia de alianzas entre ellas o con otras compañías peninsulares de mayor tamaño con el objetivo de sobrevivir, según se pone de relieve desde la patronal del sector. Los cambios fijados por el Govern balear en las concesiones para desarrollar el servicio regular de la isla, que se reducirán de 20 a tres a partir de 2019, va a provocar que estas compañías, varias con décadas comunicando las diferentes poblaciones mallorquinas, se vean obligadas a dar un giro de 180 grados en su actividad, e incluso algunas se van a ver condenadas a desaparecer, según admite el presidente de la asociación que las representa en la isla, Rafael Nadal.

El propio Nadal, cuya empresa presta el servicio que enlaza Palma con PalmaBunyola, es uno de los que ha apostado por esas alianzas a través de una unión temporal de empresas (UTE), en su caso con la alicantina Vectalia. Pero no es el único, y autocares Caldentey, que cubre las rutas de Felanitx y Campos, también se ha unido a la catalana Sagalés. "Y va a haber muchas más alianzas durante los próximos meses", vaticina el presidente de la asociación del transporte regular.

El objetivo es alcanzar el tamaño suficiente para poder tener alguna opción de competir para hacerse con alguna de las tres concesiones que van a existir en Mallorca para comunicar por carretera sus distintas poblaciones.

Tal y como subraya Rafael Nadal, una UTE lo único que garantiza "es que te vas a poder presentar al concurso, no que lo vas a ganar". Tanto él como el gerente de la Federación Empresarial Balear de Transportes (FEBT), Salvador Servera, apuntan la posibilidad de que al concurso que va a convocar el Govern acudan transportistas llegados de otras comunidades autónomas, pero también del extranjero, lo que supone que la competencia para hacerse con una de esas tres concesiones (equivalentes a las tres zonas en las que se va a dividir Mallorca en las rutas del regular) va a ser muy dura.

Esta llegada de grandes firmas ya se ha dado. La zona del norte de la isla o la de Sóller reciben actualmente el servicio de la multinacional Arriva, mientras que el grupo Transabus, uno de los gigantes españoles, hace otro tanto con el Ponent mallorquín.

El plan del Ejecutivo autonómico sigue los planes previstos. Este mismo mes se van a aprobar las bases del citado concurso por parte del Consorcio de Transportes, en un proceso que concluirá con la adjudicación de las citadas tres concesiones.

Equilibrar las rentabilidades

Este cambio en las reglas del juego en el servicio regular por carretera se sustenta en la tesis defendida por la Conselleria del ramo de que si se agrupan todas las líneas en tres grandes grupos, en lugar de los 20 actuales, los beneficios de las que presentan las cifras más altas de pasajeros permitirán compensar las pérdidas que se dan en las comunicaciones con las poblaciones más pequeñas, con un equilibrio que permitirá también reforzar las segundas. En este marco, hay que recordar la creación el pasado año de nuevas rutas destinadas a comunicar el aeropuerto de Son Sant Joan con las principales zonas turísticas de la isla, de las que se presupone su rentabilidad a medio plazo.

El problema es que esta reducción de las concesiones supone dejar sin ese trabajo a muchas pequeñas empresas que actualmente desarrollan este servicio. Con el coste económico que ello tiene, pero también sentimental. "Mi padre fundó la línea de Bunyola en 1973, y aunque gane una de las concesiones en el concurso, puede que las rutas a cubrir sean otras. A Caldentey le pasa lo mismo, son la segunda generación" recuerda.

¿Cuál es del destino de las firmas de transporte mallorquinas que queden excluidas del servicio regular? La mayoría de ellas dedican también una parte de su flota de autocares al transporte escolar y al discrecional. Si estas otras dos ramas son suficientes para mantener su rentabilidad, puede que salgan adelante aunque con menos ingresos. Pero para las que no alcancen una actividad suficiente una vez perdidas las rutas del regular, su destino puede verse abocado a la desaparición, algunas tras décadas dedicadas a esta actividad, según se lamenta desde la patronal balear, que ve difícil evitar este fin para algunas de ellas.

Futuro del empleo

Los trabajadores de las empresas que pierdan el concurso y que estaban destinados al servicio de transporte regular pasarán a formar parte de la plantilla de los nuevos concesionarios, lo que supone que se les garantizará su puesto de trabajo.

Pero no va a pasar lo mismo con aquellos empleados de esas pequeñas firmas que desarrollaban su jornada en las concesiones de transporte escolar o en el servicio discrecional. Si finalmente su empresa cierra, estos últimos pueden caer en el desempleo.

Toda esta situación explica también el problema actualmente existente en la negociación del convenio colectivo para el sector del regular, que afecta a alrededor de un millar de trabajadores según las estimaciones sindicales.

Los representantes de los trabajadores están reclamando una subida salarial del 12% en un plazo de tres años. Sin embargo, la patronal es reticente a firmar una vigencia superior a un año porque a partir de 2019 los actores pueden haber cambiado notablemente y el sector quedar en manos de otras empresas "a las que no podemos dejar ese pastel", esgrime Rafael Nadal. Además, desde la federación balear también se pone en duda que se pueda asumir un encarecimiento de las nóminas de esa envergadura.

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