Camil Casanovas, más conocido como el 'Enfermero Aspirino', lleva 24 años alegrando a los niños ingresados en los hospitales de Mallorca. Con 57 años muy bien llevados y casi 40 ejerciendo como payaso, confiesa que ya no dejará nunca de serlo.
P Usted fue el primer payaso médico de España, ¿cómo accedió a ese trabajo?
R Marta Prats (Estrellita Vitamina) se puso en contacto conmigo y me enseñó un vídeo de la Sonrisa Médica francesa y me ofreció trabajar en el hospital.
P ¿Es cierto que trabajaba en la calle?
R Sí, para comprar pañales, comida y detergente para la lavadora cuando no tenía ningún bolo de la asociación teatral Fundició de Teatre Dada Gugu que había montado con Pilar Gimeno. Hacía juegos malabares y números de payaso en la calle para poder pasar la gorra.
P ¿Cuándo se incorporó el Doctor Carabasi al trío inicial de payasos de hospital?
R Llevábamos un mes trabajando y nos dimos cuenta de que faltaba alguien que tocará un instrumento musical. Yo conocía a Enrique de las Heras que tocaba la flauta, cuerda y cantaba muy bien y le propuse venir con nosotros. Empezó como Enfermero Carabasi pero se fue un año y volvió como Doctor. Debió estudiar en ese tiempo (risas). Ahora es el Doctor Rico Brócoli.
P ¿Cuál ha sido el momento más gratificante de su larga trayectoria como payaso de hospital?
R El hecho de conocer a Laura, la niña que dio origen a la Sonrisa Médica. Conocerla en persona y poder actuar para ella.
P ¿La hija de Miguel Borrás?
R Sí.
P ¿Por qué?
R Porque era una niña muy especial y muy receptiva a nuestro trabajo. Pero como comprenderás, durante una carrera tan larga he tenido cientos de momentos emotivos. Como cuando entraba en la planta de oncología de Son Dureta y empezaba a oir a los niños gritar 'Aspirino, Aspirino. Eso me llenaba de emoción y orgullo.
P ¿Y su momento más difícil?
R Cuando algún niño no logra superar su enfermedad. Son momentos de dolor, de pena y de tristeza.
P ¿Por eso cuentan con ayuda psicológica?
R Con ayuda y con formación. Ahora tenemos a Sonia Justo, pero antes ha habido otros como Xavi Delgado, Carmen Pozueta o Carmen Borrás, pariente también de Miguel Borrás.
P ¿No ha tenido nunca la necesidad de tomarse un respiro?
R Sí, y lo he hecho. Pasé tres años con los payasos de hospital de Valencia en los que solo el traslado ya supuso un respiro. Luego también pase un año de gira teatral por el país sin pisar un hospital.
P ¿Es mallorquín?
R No. Nací en Cataluña pero vine aquí en el año 88. Me casé y me divorcié y he tenido hijos aquí. Todo mi periplo vital lo he pasado aquí. Me siento plenamente mallorquín.
P Durante todos estos años, ¿ha tenido algún problema con el personal sanitario?
R En todos estos años ha habido de todo, pero hoy en día nos piden que vayamos más días y más tiempo, nuestra labor es más apreciada. Es necesario tener una complicidad con el personal sanitario porque sin él no podríamos funcionar.
P ¿Y con los padres de los niños?
R Los padres forman parte de nuestro público. Antes de entrar en una habitación el personal sanitario nos trasmite los datos más relevantes tanto del paciente como de sus padres. En qué estado del proceso se encuentra, qué saben y qué desconocen? Y tenemos que adecuar nuestras actuaciones a estas circunstancias. A veces es muy difícil llegar al niño y nos tenemos que apoyar en los padres para conseguirlo.
P ¿Cómo valora su trabajo?
R Creo que somos terapéuticos, que el humor y la risa curan. Me gustaría que todo el hospital riera con nosotros, incluso las puertas, cerrándose y abriéndose dos veces, y los ascensores. Pero creo que hay que estar un poco loco para ser payaso. Yo pensaba que hacía un servicio a la humanidad haciendo de payaso y, al hacerlo en un hospital para los niños, he multiplicado este efecto por dos.
P ¿Cuántos años tiene el Enfermero Aspirino?
R Cincuenta y siete. Me cuesta decirlo.
P ¿Y hasta cuándo se ve haciendo lo mismo?
R Soy payaso desde los 18 años y creo que ya no lo dejo. He encontrado la horma de mi zapato. Creo que me retiraré siendo payaso.
