La delegada del Gobierno en Balears, María Salom, aprovechó su alocución durante la celebración del 174 aniversario de la fundación de la Guardia Civil ayer en la Comandancia de Balears para defender los recursos presentados por la Administración General del Estado contra las normas autonómicas que imponen el conocimiento del catalán en la sanidad con el argumento de que "cumplir la ley no es una opción, es una obligación". Un discurso que fue contestado por la consellera de Hacienda y Administraciones Públicas del Govern, Catalina Cladera, que consideró que era "poco acertado hablar de respeto a la legalidad el mismo día que se ha hecho pública la sentencia de Gürtel" que considera el PP responsable a título lucrativo de la trama corrupta. Cladera criticó también que la delegada del Gobierno hiciera un "uso partidista de un acto institucional", como es la efemérides de la Guardia Civil.

Fue la nota polémica de un acto preparado por la Guardia Civil como reconocimiento a sus miembros más veteranos, a aquellos que se han distinguido durante el último año y a dos personas que han demostrado un especial aprecio por la institución.

El coronel Jaime Barceló, jefe de la Guardia Civil de Balears, se remontó en su discurso a 1846, cuando llegó a la isla a bordo del navío El Mallorquín el primer destacamento de la Guardia Civil, formado por 24 agentes, para hacer frente a problemas como el bandolerismo que convertían cualquier viaje en una "empresa de futuro incierto". Barceló destacó que el único secreto de esta larga trayectoria ha sido "estar al servicio del orden y la ley, al margen del color político de los gobiernos de turno", que le ha convertido en una "Policía integral, moderna, actualizada, líder entre los cuerpos gendármicos del mundo entero".

El coronel Barceló recalcó que "somos personas al servicio de los demás, incluso de quienes nos agreden. Somos policías que no buscamos la confrontación porque sabemos mejor que nadie sus consecuencias; hacemos caso omiso estoicamente a insultos y otras vejaciones proferidas simplemente para provocar nuestra reacción. Somos guardias civiles, no actuamos por interés propio, sino por interés general y cuando se han sobrepasado los límites de la ley".

El acto de ayer sirvió también para rendir un cálido homenaje a los guardias civiles ya retirados y los que se han entrado en retiro este año, lo que permitió reunir en la Comandancia a un grupo de ilustres veteranos del cuerpo.

También sirvió para premiar a una serie de guardias que se han distinguido durante el último año o a lo largo de su trayectoria profesional. Entre ellos había media docena de agentes del grupo del Equipo contra el Crimen Organizado (ECO) y la Policía Judicial de Algaida, que en los últimos meses han realizado diversas operaciones contra grandes clanes de narcotraficantes en Son Banya y otros puntos de la isla y que culminó esta semana con la detención de 'La Eva', considerada una de las principales traficantes de droga de la isla.

La ceremonia tuvo uno de sus momentos más emotivos con la condecoración, con la Cruz al Mérito de la Guardia Civil con distintivo blanco, a dos personas ajenas a la Guardia Civil pero fuertemente vinculadas al cuerpo. Por un lado, Carmen Carmona Muñoz, empleada de la limpieza que lleva cerca de cuarenta años trabajando en la Comandancia, tanto en su sede actual como en la antigua, en las avenidas. "Durante muchos años has sido una madre para nosotros", dijo de ella el coronel. El segundo condecorado fue el ingeniero Jaime Ribot, responsable de la reforma de la actual sede de la Guardia Civil.