El XV Congreso de la Sociedad Española del Dolor (SED) comenzó ayer en el Palau de Congressos de Palma. El doctor Antonio Montero Matamala, presidente del área clínica del comité científico, habló con este diario.

P ¿Cuántos tipos de dolor hay?

R Tres. El dolor musculoesquelético cuyos ejemplos más habituales son la contractura del trapecio, la lumbalgia o la artrosis; el dolor neuropático producido por una lesión nerviosa traumática o por una infección. Y el dolor visceral, normalmente relacionado con la cirugía oncológica y con el cáncer en sí. Buenos ejemplos de este último son la pancreatitis o el dolor que produce una angina de pecho. Y los tres pueden estar interrelacionados.

P ¿Qué tratamiento tienen?

R Para los musculoesqueléticos, que se producen al contraerse el músculo para evitar un daño mayor, hay que tomar antiinflamatorios, relajantes musculares... se puede aplicar calor local, técnicas de radiofrecuencia y cuidados posturales. Como el dolor neuropático no va acompañado de inflamación, para mitigarlo hay que tomar fármacos que modulen la trasmisión del dolor, que disminuyan la sensibilidad del nervio. Y también son eficaces los antidepresivos que contienen un neurotransmisor como es la serotonina. En estos casos también se pueden aplicar métodos físicos como aplicar una corriente para contrarrestar el dolor.

P ¿Y para el dolor visceral?

R Fármacos derivados de la morfina, opioides.

P Hágame una clasificación de los analgésicos más potentes que puedo comprar sin receta.

R El paracetamol es el analgésico más suave y luego tendríamos antiinflamatorios más potentes como el dexketoprofeno, el diclofenaco o el naproxeno. Se pueden tomar dos o tres al día durante un máximo de cinco de automedicación. Si persiste el dolor, mejor acude a un médico. También hay ibuprofeno con codeína (opioide), pero no recomendaría tomarlo más de uno o dos días sin consultar con un profesional.

P ¿Se puede medir el dolor?

R Difícilmente porque es una percepción muy subjetiva que depende de muchas variables: las experiencias propias previas, la edad, ya que conforme pasan los años lo toleras peor, el sexo...

P ¿Qué tiene de cierto la creencia de que las mujeres lo soportan mejor?

R La mujer padece más dolor a lo largo de su vida y lo soporta mejor. No olvides que el parto produce un dolor intensísimo que es sobrellevado por la ilusión de la maternidad y que padecen durante buena parte de su vida el dolor de la menstruación. Luego, la menopausia les provoca osteoporosis y más dolores musculoesqueléticos que también se acentúan con la edad al haber hecho menos deporte que el hombre durante su vida. En definitiva, la mujer soporta mejor el dolor pero tiene más motivos para sufrirlo porque ha llevado una vida más sedentaria.

P Entonces, quedamos que el dolor no se puede medir...

R Medimos el dolor de cada paciente en una escala numérica del cero al diez para su seguimiento médico porque no es parangonable con el de otro enfermo. Así, a una persona una cosa le produce un dolor de 7 y a otra de 4. Con esto tenemos un problema porque no podemos medir el dolor como lo hacemos, por ejemplo, con el pulso o la tensión arterial.

P ¿Nos han hecho los analgésicos menos resistentes al dolor con el paso del tiempo?

R Lo que pasa es que nos hemos vuelto más exigentes. Antes, a partir de la II Guerra Mundial, la gente tenía asumido que pasaría una fase de su vida con dolor. Hoy en día no. También ha influido la publicidad engañosa que proclama que se puede vivir sin dolor.

P ¿No ha habido mejora con los fármacos para tratar el dolor?

R Te diré que la evolución de los fármacos está siendo lenta. En lo que llevamos del siglo XXI no ha salido al mercado ningún analgésico nuevo, sino tan solo nuevas combinaciones de varios fármacos.

P ¿Por qué?

R Porque la industria farmacéutica no consigue fabricar uno con pocos efectos secundarios. Las tres enfermedades más prevalentes de las sociedades evolucionadas son la hipertensión, la obesidad y la depresión, patologías para cuyo tratamiento se pueden llegar a tomar entre 10 y 15 pastillas diarias. Y los analgésicos pueden interactuar con otros fármacos y aumentar efectos secundarios indeseados como elevar la tensión, afectar al hígado o provocar vómitos y mareos en el paciente.

P Obviando la subjetividad, ¿cuál es el dolor más agudo que puede sufrir un ser humano?

R El dolor del parto es muy intenso, por eso ha triunfado la epidural y es tan difícil conseguir los partos naturales. Y creo que solo hay un dolor más insufrible, que es la neuralgia del trigémino.

P ¿Qué es eso?

R Es un calambrazo que se produce en la mandíbula superior y llega hasta la oreja. Puede producirse por extracciones dentales, implantes o herpes faciales. El dolor es tan intenso que casi ni te permite beber.

P ¿Se cree la fibromialgia?

R La creemos porque el paciente lo manifiesta ya que se trata de un dolor general sin causa aparente, las pruebas salen normales.

P ¿A cuántas personas afecta?

R Se estima que a entre un 5% y un 10% de la población. Y entre el 70% y el 80% de los que la padecen son mujeres. Sabemos que detrás hay un factor psicológico, la ansiedad, que cursa con dolor. La tratamos con ayuda psicológica y con actividad física. Con los fármacos hoy por hoy fracasamos.