El convenio balear de hostelería firmado a finales de 2017, en el que se incluyó una subida salarial del 17% en un plazo de cuatro años, se ha convertido en el referente para UGT y CC OO en las islas y está condicionando la negociación de las relaciones laborales en el resto de sectores de las islas, para descontento de muchas patronales sectoriales que alegan que la situación de las empresas de alojamiento es única y que nadie está ganando tanto dinero como ellos.

"Cuando vamos a Madrid todo el mundo nos pregunta por el convenio balear de hostelería, porque es un referente nacional", destaca el máximo responsable de esta federación de UGT, Antonio Copete. Y los secretarios generales de este sindicato y de CC OO, Alejandro Texías y José Luis García respectivamente, confirman que la negociación colectiva en el archipiélago se está viendo marcada por lo sucedido frente a la patronal hotelera.

Los ejemplos son claros. En estos momentos se están negociando tres importantes convenios sectoriales. En el de limpieza (con unos 6.000 empleados), los sindicatos reclaman un aumento en las retribuciones del 21% en tres años, lo que supone una media del 7% anual. Para el del transporte regular (unos 1.000 trabajadores) se reivindica un 12% en tres años, es decir, un 4% anual de media. Y para el de lavanderías (también en torno al millar de asalariados), CC OO reclama una subida del 4% para este año y del 3% para el próximo, mientras que UGT alarga la propuesta, con un 4% para este ejercicio, un 3% para 2019, y un 2,5% anual para 2020 y 2021.

Y la situación para el próximo año tiene muchos puntos para ser explosiva, tanto porque se van a negociar dos de los convenios más importantes de las islas como por ser un año de elecciones autonómicas, lo que hace que el impacto ante cualquier amenaza de huelga sea muy superior.

En primer lugar, toca revisar el segundo convenio más importante del archipiélago, como es el de comercio, con unos 50.000 empleados afectados. Y Copete ya lanza el correspondiente aviso a navegantes: las subidas salariales que se van a reclamar se moverán en niveles altos y similares a los antes señalados. Lo mismo puede decirse del transporte discrecional (turístico), un sector que se ha caracterizado en el pasado porque sus huelgas han supuesto un colapso en el aeropuerto de Palma .

Los argumentos de José Luis García y de Alejandro Texías son claros. Aunque no en todos los convenios se van a conseguir alcanzar las subidas de hostelería, ha llegado el momento de que los trabajadores recuperen poder adquisitivo. En primer lugar, argumentan, porque la economía balear creció el pasado año un 3,8% según los datos del Govern, y se estima que durante este ejercicio se alcanzará un 3,5%, por lo que se reclama una redistribución de la riqueza que alcance a todos los trabajadores.

Pero a ello se añade el argumento de la recuperación de parte de lo perdido, tras unos años de crisis de congelación o incluso reducción de las retribuciones. Además, se alega que en Balears los beneficios del turismo alcanzar, de forma directa o indirecta, a la práctica totalidad de las empresas, por lo que todos los sectores están en condiciones de aplicar mejoras.

Una visión distinta

La visión de las patronales CAEB y PIMEM es bien distinta. Para empezar, el presidente de esta última, Jordi Mora, recuerda que dentro del convenio de hostelería se encuentran también las asociaciones de restauración y de ocio nocturno, cuyos presidentes ya se negaron a suscribir este acuerdo por considerarlo inasumible. A ello suma una advertencia: los beneficios hoteleros son extraordinarios y sin parangón en otros sectores, y unas subidas en los costes salariales de ese calado pueden provocar el cierre de muchas pequeñas empresas y, consecuentemente, una destrucción del empleo.

Desde la patronal CAEB se esgrime también que el crecimiento de los diferentes sectores no es uniforme, por lo que rechaza que puedan plantearse reivindicaciones idénticas para todos. Además, se subraya que una situación coyuntural positiva no necesariamente se tiene que prolongar en el tiempo. Por ello, defiende que se pacten subidas salariales con un tramo fijo, pero con otro que dependa de la evolución de la productividad.