La bajada en la facturación que están registrando las empresas isleñas de chárter náutico tiene alguna de sus causas en actuaciones de las que los baleares son directamente responsables, y entre ellas se destaca la legislación relacionada con los fondeos sobre praderas de posidonia impulsada por el actual Govern y la fuerte subida que han registrado los precios de los amarres en las marinas del archipiélago.

En el primer caso, en el que se contemplan elevadas multas para las embarcaciones que destruyan una amplia superficie de posidonia al amarrar, el presidente de las chárter en la patronal APEAM, José María Jiménez, subraya la enorme inseguridad jurídica que se ha generado en relación a este tema, y las dudas que deja abiertas entre la clientela extrajera, especialmente entre la alemana. “Cuando una noticia como ésta entra en algún foro por internet, es un drama, especialmente si la información que se facilita no es del todo correcta”, subraya este portavoz empresarial.

Precios y competencia

Pero no oculta que otro problema es el del precio de los amarres de las islas y su encarecimiento, un desembolso que corre a cargo del cliente durante la navegación.

Esta subida de las tarifas supone un obstáculo importante, sobre todo por la competencia creciente que se está impulsando desde otros países mediterráneos, como Grecia o Turquía.

Y la bajada en la facturación daña a un sector que además debe de pagar comisiones del 20% a los hoteleros que les remiten clientes, unas cantidades que al menos no son opacas y se declaran al fisco, se asegura. Como referencia, señalar que el alquiler de una embarcación a motor se mueve entre los 1.000 y los 1.200 euros diarios. Si es de vela, va de los 1.500 a los 2.000 euros semanales.