No hay dos sin tres. Primero fue el plan de carreteras del Consell de Eivissa, con una autovía incluida. Entonces el PSIB-PSOE tuvo que echar mano del Partido Popular y soportar las durísimas críticas de Podem-Guanyem. Después, la enmienda para legalizar las construcciones de Platja d'en Bossa y Cala Tarida del grupo hotelero Matutes, desclasificadas por las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) del Govern de GovernJaume Matas de 1999. Y ahora, la ampliación y conversión de una residencia deportiva en un hotel en pleno suelo rústico en Manacor.

Piruetas legislativas en las que ni Podem ni Més han querido participar. Rocambolescas fórmulas para introducir, primero en la Ley de urbanismo, y después en la futura Ley de la vivienda, enmiendas con nombres y apellidos ilustres, hotelero y tenista, curiosamente con vinculaciones personales o familiares con el PP.

El PP, junto con El Pi y Ciudadanos fueron los partidos en los que se tuvo que apoyar el PSOE, una vez que los socios del Pacto nada quisieron saber de la idea de resolver las necesidades del proyecto empresarial de los Nadal, mediante una disposición específica en la ley, que en principio está llamada a mejorar el acceso de los baleares a la vivienda.

El PSOE se ha enredado con el PP para indignación de sus socios. Esta semana tuvo que ser la presidenta del Govern, Francina Armengol, la que saliera en el Parlament a defender la actuación del equipo de su conseller de Territorio, Marc Pons, que había enviado redactada la polémica enmienda al grupo parlamentario popular, que fue quien formalmente la presentó. Aunque dedicar recursos del Ejecutivo a redactar una enmienda de la oposición no sentó nada bien a los compañeros de Govern de Més, por cuanto retrataba cómo había ido la operación, Armengol no dudó en calificarlo de algo "normal".

Més ha vuelto a lamentar la actuación de su socio de Govern y, de hecho, la reunión de seguimiento del Pacto de esta semana fue muy tensa, si bien se acordó dejar de lanzarse descalificaciones públicamente.

En el intercambio interno y público de reproches no han faltado referencias a la condición de socialista ­-fue diputado autonómico-, de Pere Serra, arquitecto autor de la academia de Rafel Nadal, y conocido en Manacor por su participación en diferentes proyectos urbanísticos polémicos.

Més se ha esmerado en decir que no tiene nada contra Nadal, al que el diputado menorquín Josep Castells calificó de "extraordinario deportista, que nos hace sentir orgullosos", pero insistió en la necesidad de evitar una actuación a medida para un interés concreto, que nada tiene que ver con el propósito de la Ley de vivienda.

Podem, por su parte, ha recibido con cierto interés el encargo del GOB, de buscar amparo en el Tribunal Constitucional como último recurso. Para ello son necesarios cincuenta diputados o senadores de Las Cortes, y por tanto sólo la formación morada puede plantearse dinamitar ya a posteriori la polémica disposición que regulariza un hotel que jamás pasó ningún control preceptivo, como la evaluación de impacto ambiental y el interés general, obligatorio en suelo rústico.

Caso similar en Canarias

En relación a lo que plantea el GOB, hace pocos días un recurso de inconstitucionalidad presentado por el Grupo Parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea del Congreso ha conseguido que el Tribunal Constitucional declare nula parte de la ley canaria que legalizaba 25 actuaciones urbanísticas irregulares en La Palma.

El alto tribunal afirma, en un caso que tiene cierta similitud con las enmiendas Nadal y Matutes, que "el legislador no ha explicitado las razones por las que entiende que la utilización de la ley es una medida razonable y proporcionada", para llevar a cabo la legalización de obras no legalizables. "Máxime cuando dicha utilización elimina el control de la jurisdicción contencioso-administrativa en relación con la declaración de interés insular de actuaciones concretas y sobre las que no se ha justificado que presenten peculiaridad alguna", afirma el Constitucional.

El Rafa Nadal Sports Centre abrió sus puertas en julio de 2016, aunque según el portal turístico Booking.com, recibía clientes desde el 25 de mayo.

De hecho, el complejo deportivo se comercializó en diferentes webs turísticas y la conselleria de Turismo llegó a abrir un expediente por hacerlo. En la web de Booking.com todavía se pueden leer los comentarios que dejaron los múltiples clientes que pasaron por la supuesta residencia de estudiantes deportiva. La empresa del tenista manacorí retiró el anuncio, pero Turismo no impuso ninguna multa al complejo por haber funcionado como un hotel de manera ilegal.