Si un león tarda cuatro horas en comerse una oveja; un leopardo tarda cuatro horas y un gato tarda ocho horas: ¿Cuánto tiempo tardarán en comerse una oveja entre todos?

Mientras otros chavales de su edad estaban por la calle o en la playa disfrutando del sol (o en casa jugando a la videoconsola), treinta adolescentes estaban ayer en una clase de la Universitat estrujándose el cerebro tratando de averiguar cuánto tiempo tardan el león, el leopardo y el gato en comerse una oveja. O calculando de cuántas maneras puedes colocar en el tablero de ajedrez al rey blanco y al rey negro sin que ninguno de los dos esté amenazado.

"La solución es la suma de tres números", les dijo al cabo de un rato Miquel Capó, profesor de Matemáticas y autor de libros de enigmas: "240, más 1392, más..."

Le interrumpió uno de los niños: "¡No lo digas, no lo digas! Ahora lo saco". El profesor lo acabó diciendo (1980), pero les retó: "Os toca averiguar cómo se llega a estos números".

Capó estaba ayer allí gratis et amore. ¿Por qué profesores y niños deciden dedicar la mañana del sábado a las matemáticas: dónde está el truco, cómo es posible? No hay truco: tanto a los niños como a los profesores les encantan las matemáticas. Y tienen la teoría de que en la realidad a todo el mundo le gustan, si se explican y plantean bien.

Ayer, la UIB acogió la sesión final y la graduación de la primera promoción de Estalmat, un programa de estímulo de la competencia matemática que arrancó el curso pasado. Los chavales que ayer recogían su diploma no es solo que hayan disfrutado de estos dos cursos de actividades: es que han pedido a los organizadores (el departamento de Matemáticas de la UIB y la Societat Balear de Matemàtiques SBM-XEIX) que les den más: más sesiones, más retos, más matemáticas. Y estos se han comprometido a dárselos.

Pau García concluía ayer sus dos años como participante en Estalmat con lágrimas. El joven fue el elegido para hablar en nombre de estos quince primeros graduados y comenzó agradeciendo a los profesores su implicación: "Os habéis parado a mirarnos, habéis hecho con nosotros lo que no siempre hacen los profesores del instituto", apuntó el chaval que lamentó que suelen ser "los ignorados".

Daniel Ruiz, de SBM-XEIX, explicó en su intervención que a la hora de atender la atención a la diversidad efectivamente el sistema educativo se vuelca especialmente en los niños con dificultades de aprendizaje, "algo necesario", pero no suele cubrir las necesidades de los niños con altas capacidades o con determinados talentos, como el matemático.

Y por eso hace dos cursos se impulsó Estalmat. Además del apoyo de la UIB, este año la conselleria de Educación se ha comprometido con el proyecto con algo de presupuesto, lo que ha permitido a los chavales viajar un fin de semana a Menorca para hacer actividades, así como una escapada a Barcelona, donde visitaron el Museo de las Matemáticas e intercambiaron experiencias (y enigmas y retos matemáticos) con sus compañeros del programa homólogo de Cataluña. También se ha cubierto el gasto de los traslados de los niños que cada fin de semana han estado viajando desde Menorca y Eivissa para participar en el programa.

Biel Cardona, jefe de estudios del grado de Matemáticas de la UIB y coordinador de Estalmat, anunció ayer que para el próximo curso sumarán el apoyo de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) y que Balears será la sede del encuentro de todos los programas de estímulo de las matemáticas que se desarrollan en España.

Los padres de los niños asistieron ayer a la sesión de clausura. Lluís y Rosa explicaban que su hija "saltaba de alegría" cuando se enteró de que había superado las pruebas de acceso (no entra todo el mundo: ahora se ha abierto el periodo de inscripción para el curso que viene y después se harán las pruebas). A ella aún le queda su segundo año de Estalmat y les decía a sus padres: "Qué pena me dan los que ya no pueden seguir más".

¿Cómo es posible, dónde está el truco? No hay truco. Son matemáticas que enganchan.