El Supremo se ha pronunciado por primera vez sobre el caso Cursach. Ha confirmado la condena por el primer juicio que se celebró por un incidente derivado de esta investigación. Se juzgó y se condenó a dos años y medio de prisión a un individuo de nacionalidad rumana, llamado Marian, que fue declarado culpable de un delito de obstrucción a la justicia. Se le condenó por amedrentar a uno de los testigos protegidos del caso Cursach. Se trata del excamarero de Tito's que desde que decidió colaborar con la investigación ha sido víctima de un continuado hostigamiento y, hasta la fecha, ha sido agredido en cuatro ocasiones, la última de ellas hace pocos días. El ciudadano rumano había intentado que el Supremo anulara la sentencia dictada en un juzgado de lo Penal de Palma, que fue más tarde ratificada por la Audiencia. El Supremo ha rechazado el recurso de la defensa y, por tanto, la sentencia es firme. También se confirma la decisión de la juez de abrir diligencias por falso testimonio contra otro individuo, también de nacionalidad rumana, que fue detenido por acosar al testigo. La juez consideró que esta persona había mentido en el juicio al salir en defensa de su compatriota. Se da la circunstancia que este investigado fue absuelto a principios de este mes tras ser juzgado por acoso al mismo testigo protegido. El individuo al que el Supremo ha confirmado la condena fue portero de la discoteca Tito's, donde coincidió trabajando con el testigo protegido. Pese a que su mujer estaba embarazada de ocho meses y tenía trabajo en su país, decidió viajar a Mallorca, donde no tenía empleo. Se le vio merodeando por el domicilio del testigo protegido, precisamente, en las fechas en las que estaba declarando ante el juez Penalva. Aunque no le agredió, mantuvo ante la víctima una actitud desafiante, que el testigo interpretó como una amenaza.

La víctima no tuvo ninguna dificultad para identificarle, ya que sabía que había trabajado de portero de seguridad en la discoteca del Grupo Cursach. Además, aseguró que se trataba de la misma persona que se dedicaba a propinar palizas a clientes conflictivos y se encargaba de proporcionar las prostitutas que participaban en las orgías sexuales con los policías locales.