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Concurso

El arte de convencer con la palabra

Los finalistas debatieron si quemar una foto del Rey es libertad de expresión o no

Irene Marcos, finalista; y Carlos Olías, el ganador. cata guasp

En un momento en que la libertad de expresión y sus límites forman parte de la actualidad y el debate diario en España y de Balears, dos jóvenes alumnos de Derecho se enfrentaron ayer en la final del II Concurso de Oratoria Bufete Buades- Facultad de Derecho de la Universitat para defender, o por el contrario rechazar, si quemar una foto del Rey entra dentro del derecho a la libre expresión.

La sala de vistas de la facultad acogió ayer la final de este certamen, cuya primera fase se desarrolló a través de la red social Instagram. De un lado, Irene Marcos, alumna de primer curso; del otro, Carlos Olías, estudiante de segundo. Y frente a ellos, el público y el jurado: de la facultad, José Luis Mateo y Cristina Gil; y de parte del Bufete Buades, Miguel Reus y Llorenç Salvà. También valoró las intervenciones la especialista en oratoria Xesca Vidal.

La gran pregunta era "¿Dónde están los límites a la libertad de expresión?", un interrogante tan vasto como complejo que los participantes debían defender en turnos de tres minutos (con otro minuto más para una contrarréplica final). Para acotar el debate, José Luis Mateo explicó que se les daba "un punto de apoyo": la sentencia del pasado marzo del Tribunal Europeo de Derechos Humanos que dictaminó que quemar una foto del rey Juan Carlos entra dentro de la libertad de expresión.

Por sorteo, se decidió quién debía defender qué. Empezó Irene Marcos en la línea del tribunal europeo, señalando que efectivamente la libertad de expresión tiene límites, pero argumentando que la quema de la foto de un personaje político es "una opinión expresada en el marco de un debate que interesa a todo el mundo". Negó que en cualquier caso esa acción se pueda confundir con un discurso que fomente o incite al odio.

Olías comenzó su intervención detallando cómo otros países europeos "democráticos" también tienen recogidos en sus leyes límites a la libertad de expresión: "No hay derechos ilimitados porque se podría caer en el abuso". En España, indicó el estudiante, uno de esos límites es que se atente contra el honor de otra persona y se incite al odio "y la quema de la foto de una persona no es un símbolo de pacifismo, sea el Rey o no".

Ambos tuvieron un minuto final para responderse y reforzar sus tesis, tras lo cual el jurado se retiró a deliberar. Por unanimidad, se declaró a Olías como vencedor, aunque los miembros del jurado destacaron que había sido una final "muy reñida".

Miguel Reus, del Bufete Buades, alabó la valentía de los dos concursantes al presentarse a la competición y aplaudió su intervención (más teniendo en cuenta su juventud). Además, les recordó la importancia que tendrá la oratoria, "el arte de convencer con la palabra", en su futuro laboral, tanto si se acaban dedicando a la docencia como a la abogacía.

Entrega de premios

Juan Buades, director del Bufete Buades, y el decano de la Facultad de Derecho, Francisco López Simó, entregaron los diplomas y premios al ganador y a la segunda finalista: 750 euros y un curso de oratoria para Olías y 300 euros y el curso para Marcos. También se repartieron los diplomas a los otros finalistas del certamen, Esperanza Olías y Luís García, así como el Premio Especial del Público, dotado con cien euros amén del curso de oratoria, que fue para Manuel Castaño.

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