Bartolomé Cursach ha declarado esta mañana como imputado por un presunto delito de injurias a un funcionario, como consecuencia de la denuncia que le presentó el juez Penalva, al enterarse de que le había llamado por tres veces subnormal, al referirse a la entrevista que esa misma mañana el magistrado había realizado esa misma mañana en una emisora de radio nacional.

El empresario, asistido por su abogado Enrique Molina, ha negado ante la jueza del juzgado de instrucción número 3 de Palma, que ha aceptado a trámite la denuncia de Penalva, haber dedicado en algún momento un insulto al magistrado y aseguró que la palabra subnormal no forma parte de su vocabulario habitual.

Cursach desmintió a las dos funcionarias del juzgado de instrucción número 12 que aseguraron hace unos días que habían escuchado que el empresario, en una conversación con su abogado y con motivo de una diligencia de entrega de su pasaporte, por tres veces mencionó el vocablo subnormal y entendieron que se estaba refiriendo al juez Penalva.

Este incidente, que podría llevar de nuevo a Cursach por este delito de injurias, ocurió al día siguiente de que el empresario quedara en libertad, tras el pago de una fiaza de un millón de euros, que consiguió en apenas cinco horas. La Audiencia le prohibió abandonar la isla de Mallorca y le ordenó entregar el documento. Al día siguiente de quedar en libertad, tras pasar más de un año privado de libertad, acudió al juzgado a entregar el documento que le permitía salir al extranjero. Mientras esperaba en la oficina judicial a que la funcionara tramitara la diligencia de entrega, según estos testigos que Cursach desmiente, dedicó estas descalificaciones al juez. Cuando el magistrado tuvo conocimiento de este incidente acudió al juzgado de guardia a presentar la denuncia al sentirse injuriado.

Hace pocos días el juzgado le rechazó la petición del empresario de poder viajar a Madrid para poder entrevistarse con su abogado para preparar la defnsa. El mismo día de la denuncia, el Grupo Cursach emitió un comunicado en el que desmintió los insultos.