Los problemas de la deficiente seguridad en algunas obras se ha puesto sobre la mesa durante las últimas semanas y, tras unas primeras tensiones vividas entre patronales y conselleria de Trabajo respecto al reparto de responsabilidades en esta materia, finalmente todo el sector ha adoptado una postura de unidad a la hora de afrontarlo, según se visualizó en la última reunión mantenida en la sede del citado departamento autonómico con la participación de patronales de constructores y de promotores, los colegios de arquitectos y de aparejadores, y los sindicatos UGT y CCOO.

Una de las propuestas que se han planteado durante este encuentro para su posterior debate es que los presupuestos que presenten los constructores para realizar una obra especifiquen de forma individualizada el gasto en prevención que se va a realizar durante la ejecución del proyecto en cada una de sus fases. "Una obra es algo vivo, y las medidas de seguridad que se tienen que ir aplicando varían a medida que avanzan los trabajos", según destaca un empresario del sector.

Lo que se propone es que se especifique por escrito cuántas barreras, metros de red, andamios y similares se van a instalar en cada fase de la obra, de forma que el promotor pueda controlar con más facilidad que se cumple ese compromiso. Los sindicatos ven con buenos ojos esa idea. Ahora, lo habitual es que se presente un presupuesto global para la ejecución de un trabajo, en el mejor de los casos señalando el gasto total que se va a hacer en medidas de prevención, pero sin especificar cuáles van a ser éstas.

En cualquier caso, se valora que por fin se reconozca que el principal problema es el déficit en las medidas de seguridad y no el grado de formación de las plantillas.