Casi mil plazas de policía han quedado vacantes en tres autonomías: Cataluña, Madrid y Balears. Y es el alto coste de la vida en esos territorios lo que ahuyenta a los agentes a la hora de pedir esos destinos, además del rechazo social que sufren en el caso de la primera de esas tres comunidades. En Balears se trata de 14 subinspectores, 20 oficiales y 18 agentes.

Tanto el portavoz del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Ramón Cosío, como el de la Unión Federal de Policía (UFP), José María Benito, recuerdan que el salario de un policía básico apenas asciende a 1.500 y 1.600 euros, una cifra con la que es prácticamente imposible alquilar una vivienda en esos lugares y hacer frente al resto de los gastos del día a día.

La cosa se agrava en el caso de Balears, y más, según subrayan los portavoces sindicales, cuando en época estival los agentes recién salidos de la academia de Ávila son obligados a hacer prácticas en destinos turísticos como de esa comunidad con un sueldo base y sin cobrar dietas, a pesar de que, según Cosío, podría considerarse como una comisión de servicio.

Los sindicatos recuerdan en que la Policía Nacional no cuenta con instalaciones para residencia como sí ocurre en el caso de Guardia Civil con las casas cuartel.